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mercoledì 9 febbraio 2022

SER VARÓN NO ES SINÓNIMO DE SER VIOLENTO

por Marcelo Colussi

 

Ser varón, ser un macho, es sinónimo de “hombría”. Esta condición, a su vez, se define por características consideradas inherentes a la masculinidad: energía, fortaleza, coraje. ¿Puede una mujer participar de las propiedades de la hombría? ¿Y un homosexual? Seguramente no. En todo caso, para ser una mujer “que se hace valer” (la Dama de Hierro Margaret Tatcher o Condoleeza Rice, la Mujer Maravilla o cualquier ejemplo de lideresa “exitosa”) hay que presentar una dosis de dureza. Los símbolos de la femineidad no se corresponden con una imagen violenta.

Lo que está claro es que, hasta ahora, todas las construcciones culturales de la masculinidad han apelado a la violencia, a la fuerza, a la agresividad como distintivo de su condición. Es decir: el triunfo se asocia con la superación sobre el otro, con su derrota.

Los modelos culturales con los que se han construido todas las sociedades hasta la fecha se centran en la hegemonía varonil. El poder, la propiedad, el saber, en definitiva: las consideradas por el patriarcado dominante como “cosas importantes”, son masculinas, varoniles. “El mundo de la mujer es la casa; la casa del hombre es el mundo”,reza el refrán. Las sociedades machistas han considerado siempre la fuerza como un valor en sí mismo. Fuerza va de la mano de éxito, virilidad es sinónimo de fuerza. Y el mundo sigue centrándose en el patriarcado, en la violencia como recurso último. Como en la época de nuestros ancestros: ¿quién manda? Quien tiene el garrote más grande. Hoy esos garrotes se llaman armas nucleares. El tamaño sí importa. 

La violencia es la partera de la historia”; al menos hasta ahora, eso es innegable, y todas nuestras matrices culturales siguen haciendo de ella el destino mismo de lo humano. La guerra ha sido y continúa siendo una de las actividades más importantes en la dinámica social. Por cierto: cosa de varones, de machos(aunque quien dirigía las torturas en Irak fuera una mujer, Janis Karpinski, una generala, que sin dudas “los tenía bien puestos”). 

Nada es eterno felizmente (todos los dioses inmortales… al final desaparecieron), y esos patrones patriarcales comienzan a ser cuestionados. Pero solos no han de caer, por lo que necesitan un importante esfuerzo para seguir siendo puestos en dudas y modificados. Buena parte de ese esfuerzo, además, debe venir desde los varones. El machismo es un problema social, de todas y todos, por lo que no son solo las mujeres las que tienen ante sí un desafío. Son las sociedades en su conjunto las que deben cambiar. Metiendo preso al albañil que le silba a una mujer desde su andamio no se termina el problema: es un reto social. 

Quizá hoy día en muchos países occidentales ya dejó de ser tema tan normalizado la violencia intrafamiliar; al menos, ya puede ser considerada un hecho delictivo y no un “derecho” masculino. Aunque en modo alguno ha desaparecido, valga aclarar. La violencia, además de la brutal agresión física, va tomando otras formas. La fortaleza masculina -si es que a eso se le puede llamar “fortaleza”- puede verse también de otras maneras:

 

      De entre casi 200 países, solo alrededor de 20 están conducidos políticamente por una mujer.

      Solo el 14.5% de los miembros de los parlamentos nacionales de todo el mundo son mujeres.

      El 7% del total mundial de gabinetes ministeriales son mujeres; las mujeres que son ministras se concentran en las áreas sociales.

      Dentro de Naciones Unidas las mujeres ocupan sólo el 9% de los trabajos directivos de mayor nivel.

      El 99% de los títulos de propiedad combinados de todo el planeta (acciones, tierras, bienes inmuebles, cuentas bancarias) está en manos masculinas.

      Las mujeres trabajan igual o mayor cantidad de horas y con similar o mayor esfuerzo que los varones por menor salario.

      El trabajo doméstico de las amas de casa -sin horario, continuo, perpetuo- no es justamente valorado ni reconocido como creador de valor.

      Los efectos no deseados de cualquier método anticonceptivo los padecen siempre las mujeres y no los varones (incomodidad, cambios hormonales, incluso esterilidad), debido a la forma en que están concebidos -es siempre la mujer la que tiene que “cuidarse”-, y el preservativo, prácticamente el único método con que se protegen los varones, puede causar en no pocos casos irritaciones y alergias a las mujeres-.

 

Ser varón otorga una cuota de poder sobre la mujer. Por tanto, implica en forma natural poder ejercer la violencia sin siquiera considerarla como problema. Ser un macho hecho y derecho lleva implícita la violencia como su rasgo distintivo. Eso está naturalizado.

¿Puede construirse una masculinidad sin necesidad de apelar a ese estereotipo violento? Eso lleva a pensar cómo construir un nuevo modelo de sociedad basado en la horizontalidad, en el compartir poderes y no en la imposición violenta y jerárquica del que “está arriba”.

Pensar hoy en si se puede ser varón sin ser violento es como pensar en una sociedad sin fuerzas armadas: quizá suene quimérico, pero ahí está el reto. La construcción de una sociedad nueva, solidaria y no basada en la fuerza bruta, va de la mano de nuevas y superadoras relaciones donde nadie domine a nadie. Como dijo el Subcomandante Marcos: “Tomamos las armas para construir un mundo donde no sean necesarios los ejércitos”.



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RED UTOPIA ROJA – Principles / Principios / Princìpi / Principes / Princípios

a) The end does not justify the means, but the means which we use must reflect the essence of the end.

b) Support for the struggle of all peoples against imperialism and/or for their self determination, independently of their political leaderships.

c) For the autonomy and total independence from the political projects of capitalism.

d) The unity of the workers of the world - intellectual and physical workers, without ideological discrimination of any kind (apart from the basics of anti-capitalism, anti-imperialism and of socialism).

e) Fight against political bureaucracies, for direct and councils democracy.

f) Save all life on the Planet, save humanity.

g) For a Red Utopist, cultural work and artistic creation in particular, represent the noblest revolutionary attempt to fight against fear and death. Each creation is an act of love for life, and at the same time a proposal for humanization.

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a) El fin no justifica los medios, y en los medios que empleamos debe estar reflejada la esencia del fin.

b) Apoyo a las luchas de todos los pueblos contra el imperialismo y/o por su autodeterminación, independientemente de sus direcciones políticas.

c) Por la autonomía y la independencia total respecto a los proyectos políticos del capitalismo.

d) Unidad del mundo del trabajo intelectual y físico, sin discriminaciones ideológicas de ningún tipo, fuera de la identidad “anticapitalista, antiimperialista y por el socialismo”.

e) Lucha contra las burocracias políticas, por la democracia directa y consejista.

f) Salvar la vida sobre la Tierra, salvar a la humanidad.

g) Para un Utopista Rojo el trabajo cultural y la creación artística en particular son el más noble intento revolucionario de lucha contra los miedos y la muerte. Toda creación es un acto de amor a la vida, por lo mismo es una propuesta de humanización.

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a) Il fine non giustifica i mezzi, ma nei mezzi che impieghiamo dev’essere riflessa l’essenza del fine.

b) Sostegno alle lotte di tutti i popoli contro l’imperialismo e/o per la loro autodeterminazione, indipendentemente dalle loro direzioni politiche.

c) Per l’autonomia e l’indipendenza totale dai progetti politici del capitalismo.

d) Unità del mondo del lavoro mentale e materiale, senza discriminazioni ideologiche di alcun tipo (a parte le «basi anticapitaliste, antimperialiste e per il socialismo».

e) Lotta contro le burocrazie politiche, per la democrazia diretta e consigliare.

f) Salvare la vita sulla Terra, salvare l’umanità.

g) Per un Utopista Rosso il lavoro culturale e la creazione artistica in particolare rappresentano il più nobile tentativo rivoluzionario per lottare contro le paure e la morte. Ogni creazione è un atto d’amore per la vita, e allo stesso tempo una proposta di umanizzazione.

* * *

a) La fin ne justifie pas les moyens, et dans les moyens que nous utilisons doit apparaître l'essence de la fin projetée.

b) Appui aux luttes de tous les peuples menées contre l'impérialisme et/ou pour leur autodétermination, indépendamment de leurs directions politiques.

c) Pour l'autonomie et la totale indépendance par rapport aux projets politiques du capitalisme.

d) Unité du monde du travail intellectuel et manuel, sans discriminations idéologiques d'aucun type, en dehors de l'identité "anticapitaliste, anti-impérialiste et pour le socialisme".

e) Lutte contre les bureaucraties politiques, et pour la démocratie directe et conseilliste.

f) Sauver la vie sur Terre, sauver l'Humanité.

g) Pour un Utopiste Rouge, le travail culturel, et plus particulièrement la création artistique, représentent la plus noble tentative révolutionnaire pour lutter contre la peur et contre la mort. Toute création est un acte d'amour pour la vie, et en même temps une proposition d'humanisation.

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a) O fim não justifica os médios, e os médios utilizados devem reflectir a essência do fim.

b) Apoio às lutas de todos os povos contra o imperialismo e/ou pela auto-determinação, independentemente das direcções políticas deles.

c) Pela autonomia e a independência respeito total para com os projectos políticos do capitalismo.

d) Unidade do mundo do trabalho intelectual e físico, sem discriminações ideológicas de nenhum tipo, fora da identidade “anti-capitalista, anti-imperialista e pelo socialismo”.

e) Luta contra as burocracias políticas, pela democracia directa e dos conselhos.

f) Salvar a vida na Terra, salvar a humanidade.

g) Para um Utopista Vermelho o trabalho cultural e a criação artística em particular representam os mais nobres tentativos revolucionários por lutar contra os medos e a morte. Cada criação é um ato de amor para com a vida e, no mesmo tempo, uma proposta de humanização.