L’associazione Utopia Rossa lavora e lotta per l’unità dei movimenti rivoluzionari di tutto il mondo in una nuova internazionale: la Quinta. Al suo interno convivono felicemente – con un progetto internazionalista e princìpi di etica politica – persone di provenienza marxista e libertaria, anarcocomunista, situazionista, femminista, trotskista, guevarista, leninista, credente e atea, oltre a liberi pensatori. Non succedeva dai tempi della Prima internazionale.

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mercoledì 24 aprile 2019

Corrupción, “malicia”, capitalismo


por Marcelo Colussi

La reciente detención en Miami, Estados Unidos, del candidato presidencial guatemalteco Mario Estrada por hechos de corrupción (pretendido contacto con el Cartel de Sinaloa para pedir financiamiento para su campaña a cambio de impunidad total para el narconegocio de ganar la primera magistratura), desató una andanada interminable de comentarios, análisis y tomas de posición. El presente escrito es uno más de ellos pero, quizá, con una particularidad: no se detendrá tanto en juzgar la inmoral y condenable conducta del ahora reo de la justicia estadounidense, sino que pretende ser una reflexión quizá algo más amplia. 

Las sociedades marchan de acuerdo a normativas establecidas; quienes no entran ahí, quienes no se adecuan aceptablemente van o al manicomio (psicóticos) o a la cárcel (en general: psicópatas). Los demás (neuróticos, llamados normales) más o menos soportamos la vida y vamos pasándola. Los hechos corruptos, atentatorios de esas normas sociales, son condenables. La sociedad “sana” se cuida muy bien de los ilícitos, y los castiga ejemplarmente. En algunos casos, como en la República Popular China, los hechos corruptos se castigan incluso con pena de muerte. Sin ningún lugar a dudas, tales actos son abominables, porque atentan contra el todo social, perjudican, dañan. Pero, ¿qué es la corrupción exactamente?

En 1988, unsínodo de obispos en Ecuador la consideró (caracterización que sigue siendo absolutamente válida al día de hoy) “un mal que corroe las sociedades y las culturas, se vincula con otras formas de injusticia e inmoralidades, provoca crímenes y asesinatos, violencia, muerte y toda clase de impunidad; genera marginalidad, exclusión y miedo (…) mientras utiliza ilegítimamente el poder en su provecho. Afecta a la administración de justicia, a los procesos electorales, al pago de impuestos, a las relaciones económicas y comerciales nacionales e internacionales, a la comunicación social. (…) Refleja el deterioro de los valores y virtudes morales, especialmente de la honradez y la justicia. Atenta contra la sociedad, el orden moral, la estabilidad democrática y el desarrollo de los pueblos”.

Como se ve, es una definición bien amplia donde pueden entrar un sinnúmero de prácticas y conductas sociales. Honradez y justicia. ¿En qué medida existen? Si queremos ser rigurosos en la investigación, las cosas se comienzan a complicar. 

Las sociedades, todas, presentan un discurso oficial, institucionalizado, ¿políticamente correcto habría que decir?, de sus principios morales –el que nos enseñan desde chiquitos en las escuelas y/o iglesias y repetiremos toda la vida– y una dinámica distinta, la real, que no necesariamente se corresponde en un todo con esa versión oficial. Virtudes morales, honradez, justicia… son palabras bastante altisonantes (igual que democracia, o libertad) que pueden dar para todo. En su nombre se puede hacer cualquier cosa, incluso muchas de las cuales están realmente reñidas con la honradez y la justicia. Todo lo cual nos permite ver que la edificación civilizatoria humana… tiene mucho de mentirosa. En realidad, en las sociedades de clase basadas en la explotación de las grandes mayorías por parte de un pequeño puñado de propietarios de los medios de producción, la mentira es el basamento primero del edificio social. El Estado y toda la normativa jurídica no es sino una justificación de una mentira originaria, de una verdad siempre escamoteada. ¿Quién produce la riqueza? La clase trabajadora. ¿Quién se la apropia? Esa minúscula fracción de potentados. Luego vienen las justificaciones. Y así llegamos a que “los pobres son pobres porque no trabajan duro”, o los ricos son “emprendedores arriesgados”. 

Marx dirá que el primer robo de la historia es, justamente, la propiedad privada (“Es delito robarse un banco, pero más delito aún es fundarlo”, decía provocativo Bertolt Brecht, ampliando la idea). Luego vendrá todo el aparato que invisibiliza esa realidad originaria, el robo que hay en juego, la mentira fundacional. La mentira, debidamente tratada, se convierte en verdad. (Esto siempre fue así. Ahora, más patéticamente, con un capitalismo neoliberal atroz sin anestesia, la post-verdad –léase: la mentira institucionalizada y aceptada como “normal”– pasó a ser la norma dominante. La enseñanza goebbeliana marcó rumbo). 

Cuando hablamos de corrupción, por distintos motivos ya tenemos hondamente incorporada la idea (cuestionable, por cierto) que la une con conductas delictivas por parte de funcionarios públicos (desde un agente de policía hasta un presidente) donde aparece el soborno, el robo encubierto (sobrefacturación) o las “comisiones” como lo distintivo. Pero si estamos con la definición aportada más arriba, la corrupción es mucho más que eso, no solo porque hay corruptos en tanto hay corruptores, sino porque ¡el cimiento mismo del mundo es corrupto, engañoso, hipócrita!

Quizá por nuestro proverbial complejo de inferioridad latinoamericano, es ya moneda corriente pensar que pasó a ser nota distintiva de la “clase política” de la región una inveterada actitud corrupta. Lo de Mario Estrada, aunque impacta, no se hace especialmente raro porque “los países pobres son particularmente corruptos”.

Podríamos dar por terminada la reflexión ahí, quedándonos con la idea que efectivamente en el Sur prima la pobreza y la corrupción, mientras que el Norte próspero es “honrado y trabajador” (¿el secreto de su éxito?). Ese candidato presidencial detenido “refleja el deterioro de los valores y virtudes morales, especialmente de la honradez y la justicia”. ¿Nos quedamos con el discurso oficial, o lo profundizamos?

Si lo profundizamos, vemos claramente la mentira en juego. Lo que puede hacer un candidato presidencial de un país pobre (capitalista pobre, subdesarrollado y dependiente, para ser exactos) es bochornoso, corrupto, totalmente enjuiciable… tanto como lo son similares procederes en el Norte. Si es cierto que la corrupción “se vincula con otras formas de injusticia e inmoralidades, provoca crímenes y asesinatos, violencia, muerte y toda clase de impunidad; genera marginalidad, exclusión y miedo” [pues]afecta a la administración de justicia, a los procesos electorales, al pago de impuestos, a las relaciones económicas y comerciales nacionales e internacionales, a la comunicación social”, políticos profesionales como el referido Mario Estrada son niños de pecho al lado de lo que sucede con quienes juzgan (desde una posición de poder, de superioridad) al Sur, y hacen exactamente lo mismo. ¡O cosas absolutamente peores!

Las guerras nos las declaran los corruptos políticos del Sur, o si lo hacen, es siguiendo los mandatos que reciben de las potencias del Norte. ¿Y quiénes fabrican y venden las armas que se utilizan en esas guerras? ¿Quién fija los precios de las materias primas? Los corruptos y decadentes políticos del Sur no. ¿Y quién distribuye la tonelada y media de drogas ilegales que diariamente ingresa a Estados Unidos? ¿Algún político del Sur decide las campañas mediáticas que fijan la opinión pública mundial? El racismo que segrega y mata a tanta gente no es patrimonio de los abominables funcionarios públicos del Sur… La lista de tropelías de demasiado larga: y no se trata de procedencias geográficas. ¡Los humanos somos capaces de eso!, en cualquier punto del globo. Junto a un Hitler (¿raza superior?) hay un Idi Amín, junto a la Coca-Cola o las petroleras anglosajonas están las maquilas en condición de semi-esclavitud, o los niños-soldados del África extrayendo coltán. ¿Quién es el corrupto ahí? ¿Son honradas y justas las decisiones del Fondo Monetario Internacional? ¿Son moralmente encomiables la explotación inmisericorde de la mano de obra barata de las empresas deslocalizadas del Norte, o los paraísos fiscales? ¿Para qué se dona dinero para la reconstrucción de Notre Dame: por bondadosos o para blanquear capitales (evadir impuestos)?

Todas estas aberraciones (injusticias e inmoralidades) son parte de la estructura “normalizada” del mundo, debidamente justificada. Se entiende ahora por qué las sociedades de clase están basadas en una deleznable mentira. No hay ni honradez ni moralidad a la vista. Hay mentira y más mentira. Y el discurso oficial se llena la boca con esas altisonantes palabras de libertad, honradez, democracia, justicia. ¿Cómo pueden unos cuantos ancianos misóginos viviendo en Roma decidir sobre la conducta sexual de las mujeres del mundo? ¿Por qué se mantienen muchas veces los matrimonios pese a que desde años duermen en camas separadas? Hay demasiada mentira en juego, demasiada hipocresía.

Mario Estrada es un delincuente apresado por la DEA; pero ¿por qué la DEA solo incinera un 5% de la droga decomisada? ¿Dónde va a parar el resto? El corrupto panameño Arnoldo Noriega ahora purga prisión en Estados Unidos por narcotraficante. ¿Era “moralmente virtuoso” cuando era agente de la CIA? En Nüremberg se juzgó a los asesinos jerarcas nazis (perdedores de la guerra); ¿por qué no se juzgó a quienes lanzaron armas nucleares sobre población civil no combatiente en Japón?, ¿porque fueron ellos los ganadores? El empresario no explota al trabajador sino que le da oportunidades de trabajo. ¿Tendremos que seguir creyéndonos todo esto? Hay demasiada mentira en juego, demasiada hipocresía.

Esto lleva a las dos ideas finales: ¿es esta “malicia” una característica de la humano? La explotación, la injusticia, el afán de poder, la soberbia, ¿son características inmanentes a nuestra especie? Si lo fueran, no podría existir la esperanza de un mundo de justicia como es el socialismo (pero donde también hay corrupción, “la principal amenaza a la revolución”, según reconociera Fidel Castro). Si nos quedáramos con que nuestro destino está marcado por este “fatalidad biológica, natural”, de la búsqueda de supremacía sobre el otro, de esta instintiva “malicia”, ¿para qué intentar cambiar el curso de la historia? Nada demuestra que esto sea natural ni imperecedero. Con lo que llegamos a la última idea, la conclusión final: el mundo no es ni, seguramente, podrá ser nunca un paraíso (el único paraíso es el perdido). Pero el capitalismo, al menos para el 85% de la población planetaria, acerca más que nadie al infierno. 

Nella diffusione e/o ripubblicazione di questo articolo si prega di citare la fonte: www.utopiarossa.blogspot.com

RED UTOPIA ROJA – Principles / Principios / Princìpi / Principes / Princípios

a) The end does not justify the means, but the means which we use must reflect the essence of the end.

b) Support for the struggle of all peoples against imperialism and/or for their self determination, independently of their political leaderships.

c) For the autonomy and total independence from the political projects of capitalism.

d) The unity of the workers of the world - intellectual and physical workers, without ideological discrimination of any kind (apart from the basics of anti-capitalism, anti-imperialism and of socialism).

e) Fight against political bureaucracies, for direct and councils democracy.

f) Save all life on the Planet, save humanity.

g) For a Red Utopist, cultural work and artistic creation in particular, represent the noblest revolutionary attempt to fight against fear and death. Each creation is an act of love for life, and at the same time a proposal for humanization.

* * *

a) El fin no justifica los medios, y en los medios que empleamos debe estar reflejada la esencia del fin.

b) Apoyo a las luchas de todos los pueblos contra el imperialismo y/o por su autodeterminación, independientemente de sus direcciones políticas.

c) Por la autonomía y la independencia total respecto a los proyectos políticos del capitalismo.

d) Unidad del mundo del trabajo intelectual y físico, sin discriminaciones ideológicas de ningún tipo, fuera de la identidad “anticapitalista, antiimperialista y por el socialismo”.

e) Lucha contra las burocracias políticas, por la democracia directa y consejista.

f) Salvar la vida sobre la Tierra, salvar a la humanidad.

g) Para un Utopista Rojo el trabajo cultural y la creación artística en particular son el más noble intento revolucionario de lucha contra los miedos y la muerte. Toda creación es un acto de amor a la vida, por lo mismo es una propuesta de humanización.

* * *

a) Il fine non giustifica i mezzi, ma nei mezzi che impieghiamo dev’essere riflessa l’essenza del fine.

b) Sostegno alle lotte di tutti i popoli contro l’imperialismo e/o per la loro autodeterminazione, indipendentemente dalle loro direzioni politiche.

c) Per l’autonomia e l’indipendenza totale dai progetti politici del capitalismo.

d) Unità del mondo del lavoro mentale e materiale, senza discriminazioni ideologiche di alcun tipo (a parte le «basi anticapitaliste, antimperialiste e per il socialismo».

e) Lotta contro le burocrazie politiche, per la democrazia diretta e consigliare.

f) Salvare la vita sulla Terra, salvare l’umanità.

g) Per un Utopista Rosso il lavoro culturale e la creazione artistica in particolare rappresentano il più nobile tentativo rivoluzionario per lottare contro le paure e la morte. Ogni creazione è un atto d’amore per la vita, e allo stesso tempo una proposta di umanizzazione.

* * *

a) La fin ne justifie pas les moyens, et dans les moyens que nous utilisons doit apparaître l'essence de la fin projetée.

b) Appui aux luttes de tous les peuples menées contre l'impérialisme et/ou pour leur autodétermination, indépendamment de leurs directions politiques.

c) Pour l'autonomie et la totale indépendance par rapport aux projets politiques du capitalisme.

d) Unité du monde du travail intellectuel et manuel, sans discriminations idéologiques d'aucun type, en dehors de l'identité "anticapitaliste, anti-impérialiste et pour le socialisme".

e) Lutte contre les bureaucraties politiques, et pour la démocratie directe et conseilliste.

f) Sauver la vie sur Terre, sauver l'Humanité.

g) Pour un Utopiste Rouge, le travail culturel, et plus particulièrement la création artistique, représentent la plus noble tentative révolutionnaire pour lutter contre la peur et contre la mort. Toute création est un acte d'amour pour la vie, et en même temps une proposition d'humanisation.

* * *

a) O fim não justifica os médios, e os médios utilizados devem reflectir a essência do fim.

b) Apoio às lutas de todos os povos contra o imperialismo e/ou pela auto-determinação, independentemente das direcções políticas deles.

c) Pela autonomia e a independência respeito total para com os projectos políticos do capitalismo.

d) Unidade do mundo do trabalho intelectual e físico, sem discriminações ideológicas de nenhum tipo, fora da identidade “anti-capitalista, anti-imperialista e pelo socialismo”.

e) Luta contra as burocracias políticas, pela democracia directa e dos conselhos.

f) Salvar a vida na Terra, salvar a humanidade.

g) Para um Utopista Vermelho o trabalho cultural e a criação artística em particular representam os mais nobres tentativos revolucionários por lutar contra os medos e a morte. Cada criação é um ato de amor para com a vida e, no mesmo tempo, uma proposta de humanização.