El circo necesario, tres no y un si
por Tito Alvarado
En el país de las brisas acaban de publicar un documento que resume el trabajo de distintas personas, elegidas para redactar una propuesta de nueva constitución de Chile, se han atrevida a algo, pero no han logrado llegar hasta las últimas consecuencias. Ahora tendremos dos meses de circo, unos en contra y otros a favor, poco pensamiento, menos análisis. Los que desaprueban, en esencia lo hacen por que siempre están contra quienes quieren unos cuantos avances sociales, los que aprueban lo hacen más por mito que por conciencia; se reacciona contra un supuesto peligro, se asume como real lo que se quiere, se va por la vía del mal menor y más. También hay que tener en cuenta que los de abajo no cuentan para los que hacen política profesional. Ahora votar es obligatorio, pero los votos nulos y en blanco no cuentan, en resumen estamos a las puertas de un desastre.
Primero debemos comprender que una constitución no cambia la esencia de un sistema, es cuando esa esencia cambia que nos podemos dar una constitución acorde con esos cambios. Otro hecho a tener en cuenta es que el estado es la organización del poder y este poder se ejerce para beneficio de una clase y no de toda la sociedad. Un tercer hecho es que si no se toca la esencia misma de cómo se relacionan las personas en dicha sociedad, cualquier cambio en la constitución es solo un remozamiento del sistema.
Si esto que hemos escrito más arriba es compartido, estaremos de acuerdo en que con el documento que ha trabajado la convención constituyente no se toca lo fundamental de como se organiza el estado ni cambia la forma en que las personas acceden a los beneficios sociales y aportan a la sociedad: los ricos seguirán amasando sus fortunas, los pobres seguiremos siendo pobres, el capital foráneo seguirá espoleando los recursos básicos. Si no compartimos los tres hechos descritos, estamos en desacuerdo total, pero se respeta el derecho de cada cual a creer lo que quiera.
Mientras tanto la reacción, es decir la clase que detenta el poder, expresa su juego de oponerse, hay en esto una cuota de fascistización (ese ánimo de recurrir al estado para el trabajo sucio y responder a los problemas con fuerza bruta) y para edulcorarla le agregan una pizca de circo, es decir una puesta en escena de unos supuestos (mitos) peligros, para infundir miedo, así se moviliza la gente por el mal menor y se deja de lado, que una convención no es lo mismo que una asamblea constituyente ni menos se toma en cuenta que este proyecto de constitución no recupera para Chile la gran minería y otros bienes básicos para asegurar la independencia. Para peor, los miembros de esta convención llegaron a un acuerdo que da la opción de dejar en tabla rasa lo propuesto. Con las normas transitorias se le entrega en bandeja de plata, el poder de hacer su voluntad a los mismos que son dueños del poder. Está claro que ellos priorizan sus intereses. En breve, un tercio puede empantanar todo avance social, y resulta que el país tiene dos derechas, juntas son más de un tercio.
En definitiva nos movemos, pero no avanzamos.
No se nacionalizarán las riquezas básicas.
No se implementará la constitución, apenas sea aprobada.
No se renovarán en el acto las autoridades.
Si, es un cierto adelanto, pero es una victoria pírrica, ha salido caro y será más caro cuando veamos que todos los avances serán revertidos por el tercio que es el poder.
¿Entonces? A trabajar por la próxima rebelión.