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lunedì 12 maggio 2014

MIGRACIONES Y MIGRANTES: UNA MIRADA CRÍTICA, por Marcelo Colussi


Las migraciones humanas son un fenómeno tan viejo como la Humanidad misma. De acuerdo a las hipótesis antropológicas más consistentes se estima que el primer ser humano, el Homo habilis, hizo su aparición en un punto determinado del planeta (el centro de África) y de ahí migró por toda la faz del globo. De hecho el ser humano es el único ser viviente que ha migrado y se ha adaptado a todos los rincones del mundo, cosa que ningún otro ser vivo, animal o vegetal, ha podido hacer.
Las migraciones no constituyen una novedad en la historia; siempre las ha habido, y generalmente han funcionado como un elemento dinamizador del desarrollo social. Hoy día, sin embargo, y desde hace varios años con una intensidad creciente, se plantean como un “problema”. Pero… ¿problema para quién?


La gente ha migrado históricamente de un sitio a otro: a) forzada por las circunstancias algunas veces, y b) voluntariamente otras, casi como aventura personal. En este último caso la población migrante buscó nuevos horizontes simplemente movida por el humano afán de conocer cosas nuevas, del descubrimiento. Las primeras, las migraciones forzosas, se han debido a diversas causas, pero en general puede afirmarse que aparecen ligadas a contingencias naturales: catástrofes, hambrunas, empeoramiento en las condiciones de habitabilidad de una región. Sólo recientemente el fenómeno ha adquirido una dimensión masiva de proporciones antes nunca vistas, apareciendo motivado por razones de orden puramente social: guerras, discriminaciones, persecuciones, pero más aún, y fundamentalmente: pobreza. Sólo en la segunda mitad del siglo XX puede decirse que empieza a constituirse en un verdadero problema, perdiendo definitivamente su carácter de factor de progreso, de aventura positiva. Hoy por hoy, 3.000 personas diariamente huyen de la pobreza de los países del Sur buscando oportunidades en el Norte próspero y desarrollado.

La forma que ha adquirido el desarrollo actual del sistema-mundo centrado en el modelo capitalista es paradójica: la riqueza y el bienestar crecen a pasos agigantados para algunos, los menos, pero para muchísimos otros también crece –en forma inversamente proporcional– su marginación, su falta de posibilidades, su precariedad. La dinámica social en curso, curiosamente, aunque se amplía en potencialidades productivas, en tecnologías más efectivas, en acceso al confort, no termina de resolver problemas ancestrales de la Humanidad en cuanto a mejoramiento de las condiciones de vida sino que, por el contrario, para una gran mayoría, las empeora. Ello fuerza movimientos migratorios cada vez más masivos… ¡y desesperados!

 Las guerras, quizá la peor catástrofe no natural, desde siempre han sido un factor determinante de migraciones. Las llamadas “guerras de baja intensidad” de las últimas décadas, incluidas aquellas desarrolladas en el marco de la Guerra Fría (fría para las dos superpotencias enfrentadas, terriblemente caliente para los países del Tercer Mundo donde en verdad se libró), han dejado un saldo de migrantes forzosos como nunca anteriormente se había contabilizado. Seguramente contribuye a estos movimientos cada vez más masivos de población la proliferación de comunicaciones más desarrolladas en todo el mundo que achican distancias globalizando y homogeneizando posibilidades y alternativas. En estas migraciones forzosas prácticamente se huye por una imperiosa necesidad de sobrevivencia, es cuestión de vida o muerte.

Pero hay otras migraciones igualmente masivas, donde la población escapa de circunstancias quizá no tan mortíferas como una guerra, pero igual o peor de nocivas: se huye de la pobreza (¡que también es de vida o muerte!). Eso es demostrativo de los tiempos que corren: el sistema capitalista mundial crea unos pocos focos de prosperidad y empobrece brutalmente a las mayorías populares. No habiendo opción en sus países de origen, esas enormes masas de pobres buscan el bienestar de esas islas de salvación.

Las penurias que deben pasar los migrantes en su marcha hacia la supuesta salvación son enormes, terribles. En estos últimos años de crisis sistémica, esas penurias se acrecentaron. Y justamente por esa crisis global del sistema capitalista, las condiciones de recepción de migrantes en el Norte se ponen cada vez más duras, más denigrantes incluso.

Hay ahí una doble moral en juego: por un lado se aprovecha la mano de obra barata, casi regalada, que llega a los bolsones de desarrollo en el Norte; y por otro, se le pone trabas cada vez mayores alentándola a no migrar. Es real que la crisis económica hace que muchos trabajadores oriundos de los países desarrollados estén escasos de trabajo, pero el endurecimiento de los obstáculos migratorios con los trabajadores del Sur busca no sólo desestimularlos sino también –¿básicamente?– chantajearlos, pagando salarios bajísimos y ofreciendo condiciones de super explotación. El antiguamente llamado “ejército de reserva industrial”, es decir: las poblaciones desocupadas y siempre listas a trabajar por migajas, no ha desaparecido. Hoy se presenta como fenómeno global, mundial. Se lo declara problema, pero al mismo tiempo es lo que ayuda a mantener bajos los salarios.

No hay dudas que ese endurecimiento torna el viaje de los migrantes una verdadera pesadilla. Luego, si sobreviven a condiciones extremas y logran ingresar a las “islas de salvación” (Estados Unidos, Canadá, Europa, Japón), su estadía allí, en general en condiciones de irregularidad, aumenta la pesadilla.

Ahora bien –y ahí está el sentido de este escrito–, permítasenos esta reflexión: suele levantarse la voz, lastimera por cierto, en relación a las penurias de los migrantes indocumentados. Suele decirse que la vida que llevan en los países del Norte es deplorable, lo cual es cierto. Y suele exigirse también un mejor trato de parte de esos países para con la enorme masa de migrantes irregulares. Todo eso está muy bien. Es, salvando las distancias, como preocuparse por la situación actual de los niños de la calle. Pero ese dolor, expresado en la lamentación por la situación de esas poblaciones especialmente vulnerables y vulnerabilizadas (los migrantes indocumentados, la niñez de la calle) queda coja si no se ve también la otra cara del problema: ¡la verdadera y principal cara! ¿Por qué hay millones y millones de migrantes que escapan de sus países de origen forzados por la situación económica? La cuestión no es tanto pedir un trato digno en los países de llegada sino plantearse el porqué tienen que escapar.

En vez de quedarnos con la lamentación y victimización del migrante, ¿por qué no denunciar con la misma energía la injusticia estructural que los fuerza a migrar? Pedir que los países de acogida los legalicen no está mal. Pero ¿por qué no trabajar denodadamente para lograr que nadie tenga que migrar en esas condiciones, porque su país de origen no le brinda las posibilidades mínimas de sobrevivencia?

Del mismo modo que nadie debe discriminar ni castigar a un niño de la calle (él es el síntoma visible de un proceso social mucho más complejo), del mismo modo nadie debe excluir, segregar o maltratar a un migrante en condición de irregularidad. Pero ¡cuidado!: si alguien tiene que salir huyendo de su sociedad natal porque ahí no puede sobrevivir, es ahí donde hay que trabajar para cambiar esa injusta y deplorable situación. Llorar por los efectos visibles puede ser muy bienintencionado, pero poco efectivo para afrontar con posibilidades de éxito las inequidades.

Nella diffusione e/o ripubblicazione di questo articolo si prega di citare la fonte: www.utopiarossa.blogspot.com

RED UTOPIA ROJA – Principles / Principios / Princìpi / Principes / Princípios

a) The end does not justify the means, but the means which we use must reflect the essence of the end.

b) Support for the struggle of all peoples against imperialism and/or for their self determination, independently of their political leaderships.

c) For the autonomy and total independence from the political projects of capitalism.

d) The unity of the workers of the world - intellectual and physical workers, without ideological discrimination of any kind (apart from the basics of anti-capitalism, anti-imperialism and of socialism).

e) Fight against political bureaucracies, for direct and councils democracy.

f) Save all life on the Planet, save humanity.

g) For a Red Utopist, cultural work and artistic creation in particular, represent the noblest revolutionary attempt to fight against fear and death. Each creation is an act of love for life, and at the same time a proposal for humanization.

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a) El fin no justifica los medios, y en los medios que empleamos debe estar reflejada la esencia del fin.

b) Apoyo a las luchas de todos los pueblos contra el imperialismo y/o por su autodeterminación, independientemente de sus direcciones políticas.

c) Por la autonomía y la independencia total respecto a los proyectos políticos del capitalismo.

d) Unidad del mundo del trabajo intelectual y físico, sin discriminaciones ideológicas de ningún tipo, fuera de la identidad “anticapitalista, antiimperialista y por el socialismo”.

e) Lucha contra las burocracias políticas, por la democracia directa y consejista.

f) Salvar la vida sobre la Tierra, salvar a la humanidad.

g) Para un Utopista Rojo el trabajo cultural y la creación artística en particular son el más noble intento revolucionario de lucha contra los miedos y la muerte. Toda creación es un acto de amor a la vida, por lo mismo es una propuesta de humanización.

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a) Il fine non giustifica i mezzi, ma nei mezzi che impieghiamo dev’essere riflessa l’essenza del fine.

b) Sostegno alle lotte di tutti i popoli contro l’imperialismo e/o per la loro autodeterminazione, indipendentemente dalle loro direzioni politiche.

c) Per l’autonomia e l’indipendenza totale dai progetti politici del capitalismo.

d) Unità del mondo del lavoro mentale e materiale, senza discriminazioni ideologiche di alcun tipo (a parte le «basi anticapitaliste, antimperialiste e per il socialismo».

e) Lotta contro le burocrazie politiche, per la democrazia diretta e consigliare.

f) Salvare la vita sulla Terra, salvare l’umanità.

g) Per un Utopista Rosso il lavoro culturale e la creazione artistica in particolare rappresentano il più nobile tentativo rivoluzionario per lottare contro le paure e la morte. Ogni creazione è un atto d’amore per la vita, e allo stesso tempo una proposta di umanizzazione.

* * *

a) La fin ne justifie pas les moyens, et dans les moyens que nous utilisons doit apparaître l'essence de la fin projetée.

b) Appui aux luttes de tous les peuples menées contre l'impérialisme et/ou pour leur autodétermination, indépendamment de leurs directions politiques.

c) Pour l'autonomie et la totale indépendance par rapport aux projets politiques du capitalisme.

d) Unité du monde du travail intellectuel et manuel, sans discriminations idéologiques d'aucun type, en dehors de l'identité "anticapitaliste, anti-impérialiste et pour le socialisme".

e) Lutte contre les bureaucraties politiques, et pour la démocratie directe et conseilliste.

f) Sauver la vie sur Terre, sauver l'Humanité.

g) Pour un Utopiste Rouge, le travail culturel, et plus particulièrement la création artistique, représentent la plus noble tentative révolutionnaire pour lutter contre la peur et contre la mort. Toute création est un acte d'amour pour la vie, et en même temps une proposition d'humanisation.

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a) O fim não justifica os médios, e os médios utilizados devem reflectir a essência do fim.

b) Apoio às lutas de todos os povos contra o imperialismo e/ou pela auto-determinação, independentemente das direcções políticas deles.

c) Pela autonomia e a independência respeito total para com os projectos políticos do capitalismo.

d) Unidade do mundo do trabalho intelectual e físico, sem discriminações ideológicas de nenhum tipo, fora da identidade “anti-capitalista, anti-imperialista e pelo socialismo”.

e) Luta contra as burocracias políticas, pela democracia directa e dos conselhos.

f) Salvar a vida na Terra, salvar a humanidade.

g) Para um Utopista Vermelho o trabalho cultural e a criação artística em particular representam os mais nobres tentativos revolucionários por lutar contra os medos e a morte. Cada criação é um ato de amor para com a vida e, no mesmo tempo, uma proposta de humanização.