Voy a llorar por ti, Argentina. Así titulé un artículo publicado en algunos medios alternativos, a pocos días de efectuadas las PASO en Argentina y resultara elegido por su grupo, con una gran cantidad de votos, el Sr. Javier Milei. Un niño, una niña pueden llorar por muchas razones, que generalmente se olvidan, hay algunos que lloran con profunda pena y ese llanto es señal de una mala vida, lo que deja una huella indeleble. Cuando una persona crece hay menos razones para llorar y pueden darse por malos tratos, un desamor o la impotencia. Se hace normal decir que los hombres no lloran, pues el llanto se le quiere asociar a una supuesta debilidad femenina. La vida ha demostrado que no es así, los hombres también lloran, pocos se enteran de su llanto y este, generalmente, se fundamenta en impotencias, asuntos no resueltos o imposibles de solucionar. Todo llanto es pasajero, al igual que la vida o al igual que todo lo que nace, al final muere.
En mis tiempos de joven, soñador y revolucionario, vivimos el más terrible asalto a la convivencia democrática que se haya registrado en Chile, el golpe de estado propiciado por el gobierno estadounidense y ejecutado por las fuerzas armadas del país, se dio la desgracia que los institutos armados, supuestamente están para defender al país contra ataques del exterior, emplearon las armas para agredir a quienes se suponía debían defender. El argumento fue que debían combatir el enemigo interno, cosa que hicieron con esmero y dedicación de asesinos profesionales. Ahora se ha dado una puñalada mortal a la democracia en Argentina, esto ha sido posible pues mucha gente vota por sus enemigos, razón más que suficiente para llorar. De nada han servido las verdades, en determinados momentos puede más la sinrazón del odio, la mentira mil veces repetida y los argumentos fáciles de soluciones que esconden lo fundamental: no hay soluciones para todos en una sociedad dividida en clases sociales, las soluciones que implementará el “elegido” son un experimento muchas veces implementado, cuyo final es conocido: más pobres, menos ricos con más riqueza. En el intento de la aplicación de sus no soluciones, correrá sangre, pues este caballero sin caballo es inestable, sus exabruptos costarán vidas. Cuenta con el apoyo de la Sociedad Rural Argentina, la casta militar, los dueños de algo, sean industrias o capital financiero, el poder judicial, los políticos de derecha, los “periodistas” mercantiles de las noticias falsas, que son formas de expresión del poder local, lacayo del poder central, el imperio. Quienes no estén en estos segmentos sociales y hayan votado por este señor fuera de serie y sobre todo fuera de sí, están en peligro, pues son parte del pueblo que verá mermados sus derechos y posibilidades de vida. La libertad del capital es siempre la libertad de aumentar su riqueza en desmedro de las mayorías y de la naturaleza.
Nos encontramos frente a la encrucijada de dos verdades, una hora de la verdad se vivió este pasado 19 de noviembre, solo que algunos se obstinan en vendernos humo, la derecha siempre vota por la derecha, aunque por momentos están en bandos distintos. Las izquierdas hace mucho que no saben como definir su rumbo, algunos se acomodan, otros se pasan a servir al mejor postor y la mayoría desprotegida, falta de recursos y a veces de conocimientos, aunque estos estén a la mano, no atina a reconocerse en el drama del otro y luchar por las soluciones de su clase social ¿Falta un Zapata, un Sandino, un Fidel, un Che Guevara, un Allende, un Chávez, un Evo Morales, un Petro, un Lula? en realidad, no, cada tiempo tiene sus propios modos de ser y formas de expresión. Falta conciencia, organización, desarrollo de capacidades de lucha y participación para implementar las soluciones que vengan de abajo, falta atreverse a mirar de frente la cara de Dios: el peronismo o se renueva con vientos y participación del pueblo o muere. Nada podemos esperar de los tibios que mil veces intentan descubrir lo ya descubierto, sea este el hilo negro, el agua tibia o la certeza que el humo termina por desvanecerse, la socialdemocracia nunca se atreverá a ir por más, siempre termina pavimentando el camino del fascismo, este último se viste de diversos colores y en muchos lados logra imponer su discurso con palabras adecuadas a la situación, no acontecerá lo mismo al momento de la segunda verdad. Hace sesenta o más años Argentina era una potencia, tenía un nivel de vida superior a Canadá, ahora no es ni la cola del tigre. La pobreza aumentó a un nivel alarmante, en otros lados los trenes vuelan, en Argentina casi no existen. Asunto que aconteció en casi todos los países latinoamericanos, seguramente obedeciendo a una política de los amos de gobiernos de morondanga. ¿Qué logró hacer el gobierno del señor Fernández para revertir, a lo menos, las cifras de la pobreza? En buen romance, nada, el problema sigue sin solución. Dolarizando la economía, suprimiendo el banco central, priorizando las relaciones con Estados Unidos y el estado genocida de Israel no se solucionan los asuntos de dar bienestar a toda la población, al contrario se acelera el desplome del país. El dólar pronto dejará de ser la moneda dominante (habría que ver si en Ecuador, Panamá o El salvador, la dolarización ha sido solución), el banco central aporta cierta estabilidad, es asunto de mejorar las políticas económicas, Estados Unidos es el país más endeudado del mundo, su economía es artificial, pronto entrará en recesión, allí tenemos 50 millones de pobres muchos de ellos viviendo en las calles, estar hoy con Israel es estar con la matanza de civiles en Palestina, entre los cuales ya se cuentan 5.500 niños, estar con Israel es tener las manos manchadas de sangre. Como un asunto nos lleva a otro, Argentina acaba de entrar al BRICS, sin duda saldrá de esta nueva forma de intercambio, romperá relaciones con países catalogados de comunistas por el nuevo líder, lo cual incidirá en cierta soledad y menos socios comerciales, léase menos recursos para el país, la solución mágica será más deuda. Y luego que otros la paguen.
Para empeorar el cuadro, la mayoría de votos que ha conseguido este aprendiz de esperpento, al momento en que él tome sus funestas decisiones, cuentan tanto como una minúscula miga de pan en la milanesa. Habrá que juntar agua para apagar el incendio, juntar bronca para una explosión social, juntar comida para no morir en el intento, pero sobre todo aprender que cuatro años de un Macri, que dejó la mayor deuda en la historia del país, no es nada en comparación con el desastre que esta persona, fuera de sí, causará. Por causa de apostar a caballos cojos, ahora hemos perdido la carrera. Hacia adelante nos queda aprender a ser nosotros ejerciendo nuestro sentido de supervivencia junto a los millones que en el país, en el continente, en el mundo, también luchan por sobrevivir, nos queda el camino de la creación heroica, armar una revolución cultural para defender la vida en el planeta y tener gobiernos con sentido de sociedad, no esperpentos que necesitan mirarse cada hora al espejo. Seamos nosotros mismos construyendo, junto con nuestros iguales, ese lugar soñado, al cual llegaremos si hay vida. Hoy se trata de la vida de todas y todos luchando juntos o de la muerte, si actuamos por separado.