CONTENUTI DEL BLOG

venerdì 29 gennaio 2021

DIALÉTICA DE LA CULTURA Y EL TRABAJO CULTURAL

por Tito Alvarado

Agradecemos a las y los camaradas de Sur Medellín y sus amigos, que han posibilitado la realización de este evento de Ponencias (feb, 6, 2021), en marco del Festival de las artes y la dignidad, como parte integrante del IX Congreso del Movimiento Proyecto Cultural Sur. 

El año 2021 comenzó con dos acontecimientos de carácter global negativos, uno es la continuación de la pandemia y las incertidumbres que eso conlleva. El otro, siendo algo de contingencia nacional, tiene un impacto en todo el mundo, pues acontece en el imperio: la toma del Capitolio en Washington DC, el 6 de enero.

De uno y otro hecho se hacen análisis, que poco o nada tienen que ver con el fondo del asunto. La inmensa mayoría de los políticos a cargo de implementar soluciones frente a la pandemia, no han estado a la altura de las necesidades. Ellos no dejan de actuar como políticos llevando agua para su molino, en este caso, en primer lugar, debieran actuar como seres humanos capaces de organizar la solidaridad. Pero ya vemos, producto de sus egos, ineptitudes u otras características desastrosas, no han sido capaces de implementar políticas que sean democráticas, solidarias, científicas y de contingencia, que permitan poner fin a la pandemia con el mínimo de costo económico y social. Un año es suficiente para mostrar su total ineptitud, pero siguen ahí como si nada. Digo esto en el entendido que no se aplica a todos, pero sí, desgraciadamente, a la mayoría.

En el caso de la toma del Capitolio, sí toda marcha comienza con un pequeño paso, todo fin se anuncia con una sucesión de pequeños gestos discordantes, que en el contexto general no son percibidos como pasos conducentes al fin. El sistema se muerde la cola, lo que han exportado a otros países durante casi un siglo, ahora lo viven en casa, horrores producidos por sus propios monstruos. Otra lectura imprescindible es que lo acontecido en el Capitolio o mejor dicho todo lo que acontece en el imperio, es copiado por la periferia, lo terrible es que algo, medianamente bueno, se copia mal y sí es definitivamente malo, se copia con la característica de volverse ridículo. El resultado es que estas copias son siempre un desastre.

Esto nos señala que hacia adelante tenemos la continuación de la pandemia y las malas copias del desastre producido en el imperio, es decir, lo más seguro es la continuación del descalabro. Ellos, el imperio, seguirán exportando sus “soluciones”, su sentido de democracia, en definitiva lo mismo que a ellos no le funciona, seguirán pretendiendo dar lecciones a los demás y agrediendo en forma directa o indirecta. Qué se haya cambiado el emperador no significa que cambie la naturaleza del imperio.

A esta condición pre-final, le agregamos lo que viene de antes y en este 2021 solamente se acelerará, pues nada indica que quienes conducen el mundo lo hagan en beneficio de los seres humanos todos. En este inicio del año 21 del siglo 21 podemos señalar cinco desafíos, dicho esto sin tener en cuenta los desafíos nacionales. El mundo, así como está, no puede continuar. Nos enfrentamos a una aceleración hacia el punto del no retorno, una vez que lleguemos a ese punto, ya no será posible volver atrás o introducir cambios, simplemente se sobrevivirá como sea. Lo terrible es que todo esto se produce cuando en miles de lugares hay soluciones, muchas implementándose, pero estas, asiladas, no bastan para producir un cambio cultural. Todo el saber acumulado y las tecnologías en uso, se vuelven navaja en manos de un mono o, en el mejor de los casos, hechos asombrosos que acontecen en otro lado.

Veamos cuales son los desafíos:

1 los cambios climáticos,

2 los desastres económicos y sociales de la pandemia,

3 el aumento de la pobreza y el hambre,

4 la democracia bajo asalto o mejor dicho, la democracia sin máscara (tengamos presente que esta palabra no significa lo mismo, según se esté en la escala social),

5 las varias formas de rebelión,

más un peligro siempre latente: la no solución de las guerras, con posible desenlace nuclear. El detalle de funesta consecuencia es: qué se hace para evitar estas calamidades.

Hasta el momento todo indica que estamos hablando de asuntos políticos, pero no es así, estamos hablando de como producimos los bienes materiales y los bienes espirituales, es decir de la esencia de las relaciones humanas dominante, que unos pocos países hagan las cosas de otra manera no indica que esa forma sea o tenga una incidencia en todo el planeta. Estamos hablando de la esencia misma de la cultura. Vivimos en un mundo anormal, planificado para que se anuncie como algo y sea en verdad otra cosa. Nadie puede asegurar con certeza absoluta donde esta la verdad y donde la mentira. Aceptamos como moralmente normal, lo que desde el punto de vista de lo necesario humano, es inmoral, como la enorme riqueza de los menos y la inmensa pobreza de las grandes mayorías. 

Abramos un periódico cualquiera, de esos que aun se hacen en papel, veremos las peores caras del sistema dominante. Y constataremos que los encargados de informar, no solo no informan sino que lo poco real que informan está distorsionado. Ellos muestran un mundo constituido por hechos aislados, como si todo fuera una sucesión de fotos. Hechos sin vinculación con otros hechos. Se nos muestran los efectos sin jamás ir a las causas. Para peor, hay una intelectualidad que muestra lo que sucede, pero no se atreve a proponer soluciones. La pregunta imprescindible debiera ser ¿A qué le tenemos miedo? Y luego de esta introspección personal, emprender la misión de superar esos miedos.

A modo de ejercicio, veamos brevemente lo que es el mundo en esta tercera semana de enero (23 enero 2021), encerrado en el bosque, no dispongo de periódicos en papel, así es que recurrimos a lo que hay en internet. Veremos solamente tres: Página 12La Jornada y RT, en general son noticias como para exclamar, Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, pero no lo haré, me remitiré a exponer en breve algunas conclusiones, veamos:

Página 12, de Argentina

* Confirman que la firma de Maradona fue falsificada.

* Nueve de cada diez porteños dicen tener miedo de caminar por la calle en Buenos aires.

* Bil Gates quiere tapar el sol para acabar con el calentamiento global. El proyecto que llevan adelante investigadores de la Universidad de Harvard.

* Alberto Fernández (presidente de Argentina) expondrá el jueves en el Foro de Davos.

* La colombiana, Pilar Quintana, ganó el Premio Alfaguara de Novela por su libro “Los abismos”.

Se confirma la corrupción, el miedo, la estupidez, la ingenuidad y la constante de que la metrópolis fija las reglas culturales, ¿seremos algún día independientes en el pensar y en el hacer? El presidente de Argentina puede creer cualquier cosa, pero que intente convencer de algo a los culpables del desastre es sencillamente una ingenuidad, Que una empresa editorial premie, desde lo que antes fue la metrópolis, a una escritora, y desde ahí esta sea alguien en las letras, significa que no hemos dejado de ser colonia. ¿Dónde está el Premio, equivalente al Nobel, que puede y debiera darse en todos los terrenos del trabajo cultural, como un apoyo de envergadura, en América latina? La dependencia, por más que se predique independencia, es una cuestión de recursos económicos y de liberación mental para atreverse a implementar soluciones de beneficio nacional y regional, pero Los inmorales nos han igualao / Si uno vive en la impostura / Y otro afana en su ambición...

La Jornada de México

* Joe Biden presenta propuesta que establecerá una hoja de ruta de ocho años hacia la ciudadanía para muchos de los 11 millones de inmigrantes que se estima que viven en el país ilegalmente.

* Ejecutan a jefe del Consejo mundial de empresarios. Disparan desde una moto en la CDMX.

* Casi 9 años de prisión a ex titular del banco VaticanoAngelo Caloia, de 81 años, y su abogado Gabriele Liuzzo, de 97, fueron condenados por desfalco, malversación de fondos y lavado de dinero entre 2001 y 2008.

¿Más de lo mismo? El jefe del imperio dice o hace cualquier cosa y estes tomado poco menos que como la palabra y la acción de Dios, la violencia no amaina en absoluto, signo de que los negocios de los carteles siguen por buen camino, hasta cerca del cielo se cuecen habas: adoración, violencia, corrupción.

RT, de Rusia

  1. * Abogado presenta una insólita demanda que pretende restituir a Trump y disolver todo el Congreso de EE.UU. 

  2. * Le arroja agua hirviendo a su esposa, porque le molestó que lo despertara para llevarle el desayuno a la cama. 

  3. * China autoriza a sus guardacostas a disparar contra buques extranjeros en las zonas reclamadas por Pekín. La Cancillería del gigante asiático asegura que la nueva ley no contraviene las prácticas internacionales. 

La estupidez humana no tiene límites, dicen que dijo Einstein. Hombre sin valor se valora agrediendo a quien comparte su vida, la guerra no solo es un enfrentamiento con muchos muertos, también es hacer creer al potencial enemigo que se usará una fuerza mayor.

Distintas latitudes, distintas visiones y una igual aproximación a los hechos, la verdad está siempre en la otra esquina, los hechos se presentan con una cara dramática, pero en verdad el drama es mucho más profundo. 

Estamos inmersos en una cultura de poco y mucho, de bueno y malo, de más y menos, de abundancia y escasez, de aceptación de lo inaceptable y de negación de lo evidente, de cordura escasa y abundante locura. En este medio, insano, nos reproducimos y estos “valores”, inmorales, se reproducen en forma ampliada.

Miremos donde miremos nos encontramos con que la realidad tiene mucho de irreal. Nos acostumbramos a creer que yendo hacia el abismo avanzamos hacia la esperanza. En medio de la pandemia se nos habla de asuntos intrascendentes, pues ir a lo trascendente significaría decir que la mayoría de los políticos con una increíble capacidad de tomar decisiones desastrosas, debieran renunciar y dejar el camino libre a personas que pensaran en el bien común. Lo central es que en una mayoría de casos, los inteligentes no están en posiciones de poder, el poder tiene la capacidad de resolver asuntos en provecho propio. Así lo demuestra que ante una crisis de sociedad, como es la actual pandemia, ciertas empresas sigan acumulando ganancias mientras una mayoría ve caer sus fuentes de riqueza. Se nos informa en detalle de los primeroestragos de la pandemia y nada se dice de los efectos secundarios, como: la cesantía, la violencia en los hogares, el hambre, el aumento de la delincuencia, etc.

Todo lo dicho hasta el presente son asuntos generales. Lo que los hace pertinentes al tema que pretendemos tratar es simplemente que los seres con capacidad de pensar, imaginar, memorizar y servirse de su intelecto para vivir mejor, son la especie que más problemas ha aportado a la vida y ahora la pone en peligro de extinción. Como especie vivimos en un mundo regido por variadas formas de dominación, por intermedio de: la economía, la ideología, la cultura, el miedo, la manipulación, el desprecio o convertir en invisibles a los que no cuentan con recursos, etc. Hace cuatro años en Chile hubo 18 incendios que dejaron su desastrosa huella en 500 mil hectáreas, los políticos estaban preocupados de la próxima elección. Estamos hablando de un país en vías de convertirse en un desierto, el agua es un bien escaso, el 40% del territorio se está secando, se viven ya diez años de sequía y sin embargo se consume más agua de lo que las lluvias producen. Paradojalmente, no se implementan políticas que aseguren el agua como un derecho, allí es un negocio más. El desastre está a la vista, los que ya tienen algo, tienen más y los que tienen poco, cada vez tienen menos.

En definitiva vivimos en un mundo donde pensar es un lujo. Una buena mayoría de los que ejercen el atributo del pensamiento pueden decirnos cual es el problema sin atreverse a indicar una solución, muchos creen que piensan en concordancia con su visión del mundo, sin percibir que cada cual está sometido a múltiples mensajes, con verdades ocultas, medias verdades, mentiras totales, distorsiones, el resultado es que se piense y se crea algo que no tiene asidero en la realidad. Vivimos una realidad de pantomima, vivimos una cultura que prioriza lo ajeno a las necesidades humanas, alaba el lujo de quienes nada producen, favorece parásitos y condena a la miseria a quienes aseguran la riqueza de las naciones. La verdad es una, pero está lejos de ser comprendida como tal: los seres humanos debemos priorizar lo que funciona. A todas luces el actual sistema de dominación, no funciona ni menos funciona un discurso basado en valores que no consideran a los seres humanos como el centro y motor de la vida.

Los cinco problemas, antes enumerados: los cambios climáticos, los desastres económicos y sociales de la pandemia, el aumento de la pobreza y el hambre, la democracia bajo asalto o mejor la democracia sin máscara (tengamos presente que esta palabra no significa lo mismo según se esté en la escala social), las varias formas de rebelión, tienen una lectura múltiple. Cada uno de estos problemas tiene graves implicaciones para la vida en el planeta, al mismo tiempo que estos problemas tienen solución. Implementarlas requiere otra voluntad, otra cultura, otra forma de enfrentar la vida.

Como hecho tendemos a pensar que todo problema acontece en otro lado y que a nosotros no nos toca. A la vista está que los cambios climáticos nos afectan a todos, pero se sigue el viaje hacia el abismo. Revertir esos cambios significa aplicar una solución simple y a la vez compleja: plantar 158 árboles por cada ser humano, implementar una política seria de utilización razonable del agua, desalinizar agua de mar y transportarla a los lugares donde sea necesariocultivar en invernaderos hidropónicos, modernizar plantas depuradoras de aguas residuales, priorizar cultivos de menos consumo de agua, es decir, aplicar conocimiento científico, superar la barrera del mercado, priorizar al ser humano. 

Los efectos económicos de la pandemia han comenzado su rápido avance. Comercio informal, pequeñas y medianas empresas desaparecen, aumento de la cesantía, drástica baja en los ingresos y alarmante aumento del costo de la vida. Los políticos del desastre están aplicando remedios que son peores que la enfermedad.

Las dos únicas formas de impedir el aumento de la pobreza y el hambre es regular la riqueza: aumentar los salarios y aumentar los impuestos a la riqueza, la otra forma es atrevernos a pensar en soluciones para todo el género humano. 

Hasta el momento se entiende por democracia el hecho de que cada cierto tiempo se llama a la población a elegir al menos malo de los candidatos. ¿Cómo poner en duda esta concepción, sin poner en duda el sistema mismo de dominación? Para ello se requiere una nueva cultura: expresar la duda, ejercer la crítica, analizar el movimiento, buscar soluciones permanentes, participar activamente en las decisiones.

Si no hay solución ahora a estos problemas en aumento, solo queda el camino de la rebelión. Y esta por muy pacífica que se pretenda, desencadenará altos grados de violencia. En cada lugar serán las condiciones concretas las que determinen las características que tendrá ese momento, no deseado, pero posible, en que la gente diga basta y exprese, de muchas formas, su angustia.

Lo que acontece, aparte de que no se percibe en su dimensión real, por los múltiples mecanismos de dominación en uso, tiene un permanente estado de imperfección. Vivimos un eterno presente dicen algunos, pretendiendo con ello señalar que los otros tiempos no existen. La noción que tenemos del presente es imperfecta. Es en realidad una ilusión, pues lo que es presente no es otra cosa que un límite entre lo que ya fue y lo que será, que se manifiesta en una infinitésima de segundo. Lo más cierto es lo que ya fue, lo podemos retraer el presente mediante la memoria y podemos elucubrar acerca de un posible futuro, solo que este futuro, por más que lo pensemos, no es algo que podamos conocer por adelantado. El tiempo resulta así, una limitante, la otra limitante es la cultura que nos ha formado, deformando nuestras capacidades de actuar en concordancia con la naturaleza moral humana, al decir moral no me refiero a seudo valores acartonados por los miedos, hablo de lo imprescindible necesario al florecimiento de todo el potencial creador del ser humano. Este debiera ser el objetivo fundamental de la cultura y del trabajo cultural.

Digamos de frente ¿qué valor moral tiene el que un señor poeta reciba un premio de manos de una reina perteneciente a un reinado cuya característica fundamental es el despilfarro de recursos? Simplemente a veces el ego hace su juego de convertirnos en elementos funcionales al sistema. Para mostrarlo en breve, puedo recurrir al hecho de que para que exista un escritor reconocido, que pueda vivir de su trabajo y sea leído por varios millones de personas, se requieren diez mil escritores que no son conocidos mundialmente ni viven de su trabajo. Lo magistral es que son estos desconocidos quienes mueven la literatura y promueven la lectura. Una cultura que gaste más recursos en militares, que en sus creadores, simplemente no es una cultura humana, es una cultura que a lo largo de la historia ha acumulado lo peor de las distintas etapas del desarrollo humano. Eso puede y debe terminar, hoy se trata de la necesidad más imperiosa de la historia: asegurar la vida en el planeta.

En un mundo de contradicciones: de recursos que se despilfarran y dos mil millones de personas sobreviviendo con un equivalente a dos dólares diarios; de numerosos problemas cuya solución es posible, pero se posterga, pues es más rentable, para los menos, seguir como si nada aconteciera; de acertados aportes de la ciencia y la tecnología, pero cuyos beneficios mayoritariamente van a manos de los que detentan el poder o de las grandes compañías; de pregonar democracia, pero las grandes compañías detentan un poder dictatorial por encima de gobiernos, incluido el gobierno del imperio. Lo único que puede salvar la vida del desastre inminente pasa por la conciencia. Y en conciencia, no podemos seguir viviendo como vivimos, se impone una forma distinta de relacionarnos entre nosotros y con la naturaleza, algo que hemos definido, como una revolución cultural. Revolución que no puede ser otra que generar conciencia de los cambios necesarios, de adelantar el mundo que queremos con el ejemplo, de ser critica mortal al mortal sistema, de no solo mostrar o demostrar hechos funestos sino de proponer soluciones, de ver al otro, viéndonos nosotros en ese otro que es el resto del mundo.

A modo de resumen, argumentaré que se requiere otra práctica cultural, es decir, hacer nuestro trabajo en los frentes culturales de otra forma. Que nuestros actos de creación sean a cada instante actos de creación heroica, que involucremos a cientos de miles al hecho de creación cultural, que pasemos de ser espectadores a ser actrices y actores de nuestro destino, ya no escudarnos en las circunstancias sino hacer de ellas un hecho nuevo. La meta de un cambio de cultura implica el implementar ahora, mecanismos que permitan el uso de todo el potencial creador de cada ser humano. Solo falta vernos en este trabajo y asumir nuestra cuota de la carga.



Nella diffusione e/o ripubblicazione di questo articolo si prega di citare la fonte: www.utopiarossa.blogspot.com