© Erik Gandini |
El tiempo inexorable, implacable, va terminando uno a uno con aquellos sobrevivientes de la epopeya boliviana del Che que han tenido la fortuna de no caer en los memorables combates.
Ciro Bustos era uno de aquellos combatientes y nos ha dejado su testimonio en el bello libro El Che quiere verte, que la tenacidad y el entusiasmo admirable de Roberto Massari ha permitido fuese apreciado por los lectores italianos.
Ciro era el hombre del Che en la Argentina. Bajo sus ordenes expresas tenía a su cargo la coordinación de todos los grupos que en ese país se aprestaban a incorporarse a la guerrilla.
Su figura alcanzó trascendencia universal por la polemica que en los tiempos de la derrota de la guerrilla y el encarcelamiento de Bustos y Debray se desató sobre quién de ellos dos había delatado la presencia del Che en Bolivia y facilitado la intervención consecuente de la CIA.
Personalmente yo siempre he sostenido públicamente y en mis escritos la absoluta fe en la integridad revolucionaria de Ciro.
Massari editore, 2016 |
No tengo elementos para afirmar la culpabilidad de Régis Debray, sí los tengo para afirmar la inocencia de Ciro. Nadie traiciona a mitad y Bustos tenía en sus manos toda la información necesaria para aniquilar a todos los grupos guevaristas de la Argentina y nadie en ese país, ni en ese momento ni después, tuvo alguna persecución atribuible a Bustos.
Bustos, que vendiendo esa información habría obtenido libertad y dinero, pasó en cambio largos años de detención en la cárcel boliviana y luego el destierro en Suecia.
Ciro pasó esta etapa de su vida con un rictus amargo. Se sentía abandonado por sus compañeros argentinos y cubanos. Peleando duramente para romper la capa de desconfianza que aún lo perseguía. Para afirmar la limpidez de su honor revolucionario.
Los que lo conocimos y apreciamos no podemos dejar de participar en esta póstuma batalla para que su memoria de combatiente sin mancha pase a ser patrimonio de las nuevas generaciones.
_____________________________________________________________
BIOGRAFÍA DE CIRO BUSTOS (desde Wikipedia, la enciclopedia libre)
Ciro Roberto Bustos Marco, más conocido como Ciro Bustos (Mendoza, 29 de marzo de 1932 — Malmö, 1 de enero de 2017), fue un pintor y ex-guerrillero argentino. Participó en varios movimientos guerrilleros en Argentina y Bolivia durante la década de los años 60 del Siglo XX y es célebre por haber sido acusado de ser el delator que facilitó al ejército boliviano y a la CIA toda la información que hizo posible identificar, localizar y asesinar al Che Guevara.
EL EJÉRCITO GUERRILLERO DEL PUEBLO
Estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Cuyo y en 1961 viajó a Cuba atraído por el éxito de la revolución. Allí entablaría una gran amistad con Alberto Granado, la cual le permitiría contactar por primera vez con Ernesto Che Guevara, quien en 1962 planeaba establecer un foco guerrillero en Argentina para internacionalizar la revolución cubana y hacerla triunfar en su propio país de origen.
Bustos se enroló en el Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP), el cual se asentó en 1963 en una zona selvática de la provincia de Salta, cerca de la frontera con Bolivia, bajo las órdenes de Jorge Masetti. Recibió el encargo de establecer una red de apoyos al movimiento guerrillero en diferentes provincias de Argentina, pero las deserciones, las luchas internas y las difíciles condiciones de vida en una zona tan remota y agreste, amén de las operaciones de la Gendarmería, hicieron fracasar el proyecto revolucionario en 1964. Ciro Bustos logró evadirse de la acción policial huyendo a Uruguay y vivió en la clandestinidad, aunque sin perder el contacto con Ernesto Guevara ni con los presos del EGP, a los que prestaba ayuda.
LA GUERRILLA DE ÑANCAHUAZÚ
Tras este primer fracaso, el Che Guevara formó un nuevo movimiento guerrillero que se establecería en Ñancahuazú (Bolivia) y que sería conocido como el Ejército de Liberación Nacional de Bolivia (ELN) o Guerrilla de Ñancahuazú. Este grupo comenzó a operar a mediados de 1966 en una zona al sur del departamento de Santa Cruz, bajo el mando directo de Ernesto Che Guevara (a partir de noviembre de ese mismo año) y con el objetivo de desestabilizar la dictadura impuesta por el general de la Fuerza Aérea Boliviana René Barrientos tras haber derrocado al presidente electo Víctor Paz Estenssoro, mediante el golpe de estado del 4 de noviembre de 1964.
Ciro Bustos en una prisión en Camiri, Bolivia, en 1967 © Luis Alberto Chouciño |
A finales de 1966 Ernesto Che Guevara reclamó nuevamente la colaboración de Ciro Bustos. En La Paz Bustos se reunió con Régis Debray, periodista y escritor francés de ideología marxista, y juntos se dirigieron a Ñancahuazú, donde de nuevo se le encomendó a Bustos la misión de establecer una red de apoyo en Argentina y contactar con personas afines a la ideología marxista para ser reclutados.
El 20 de abril de 1967, Ciro Bustos, Régis Debray y el periodista inglés George Andrew Roth fueron detenidos por una patrulla del ejército boliviano en la ciudad de Muyupampa y sometidos a interrogatorio y torturas con la asistencia de miembros de la CIA. Posteriormente fueron juzgados y condenados a 30 años de cárcel, de los que solo cumplirían 4 hasta ser admnistiados en 1972 por el presidente Juan José Torres.
Ciro Bustos continuó viviendo de forma clandestina en la provincia de Mendoza, bajo continuas amenazas de muerte por parte de la organización de ultra-derecha Triple A. En 1976 solicitó y le fue concedido asilo político en Suecia, país en el que residió desde entonces, dedicándose a la pintura. Falleció a los 84 años a raíz de un ataque cardiaco.
SU IMPLICACIÓN EN LA CAPTURA DE ERNESTO CHE GUEVARA
Tradicionalmente y sobre todo desde el gobierno de Cuba y los sectores afines al Partido Comunista se ha presentado a Ciro Bustos como un delator que facilitó de buen grado y voluntariamente toda la información necesaria sobre la localización en Bolivia de Ernesto Che Guevara al ejército boliviano y a la CIA, información que posibilitaría la operación militar de la Quebrada del Yuro en la que el Che fue apresado y asesinado. Sin embargo Ciro Bustos siempre ha defendido su inocencia y ha mantenido que ni él ni Régis Debray fueron sometidos a tortura porque no era necesario ya que cuando fueron capturados el ejército boliviano era perfecto conocedor de la existencia del grupo guerrillero ELN, de la ubicación de sus campamentos y de que al frente del mismo se hallaba el Che Guevara.
«No tenía ninguna importancia lo que Debray y yo dijéramos ni en qué momento; ellos ya lo sabían»1.
El documental Sacrificio. ¿Quién traicionó al Che Guevara?, producido en Suecia en el año 2001, incide en esa misma dirección con entrevistas al general retirado boliviano Gary Prado (autor material del apresamiento del Che) y al ex-agente de la CIA Félix Rodríguez, quienes afirman que no precisaban la información que pudieran haber aportado Bustos y Debray durante su cautiverio y que tampoco necesitaron los famosos dibujos del Che, realizados por Ciro Bustos durante su interrogatorio, para confirmar que era el propio Che Guevara quien encabezaba el movimiento guerrillero de Santa Cruz.
En una entrevista concedida a la CNN en octubre de 2013, Félix Rodríguez afirmó que las posiciones ideológicas del Che y Fidel Castro se habían radicalizado hasta el punto de convertirse en incompatibles. Mientras Fidel Castro y su régimen eran claramente pro-soviéticos, Ernesto Che Guevara era partidario de seguir el modelo marxista chino, algo que al régimen cubano no podía tolerar dada su gran dependencia de la Unión Soviética. Rodríguez insinúa a lo largo de la entrevista que Fidel Castro o su régimen tuvieron una participación destacada y crucial en el trágico final de la aventura boliviana del Che2.
Otras opiniones, por el contrario, dirigen su acusación contra el francés Régis Debray, de quien afirman que estaba tan aterrado durante los interrogatorios que no era necesario torturarlo para que contase todo lo que sabía. Aleida Guevara, hija de Ernesto Che Guevara, hace recaer en el periodista francés toda la culpa sobre la captura del líder guerrillero, llegando a afirmar en 1996 que
«Todo indica que al caer preso, Debray habló más de la cuenta»3.
1 Carlos Decker Molina, «Ciro Bustos, el vilipendiado de la guerrilla», paginasiete.bo, 5 de julio de 2015.
2 David Cox, «“Al ‘Che’ lo mandó a eliminar Fidel Castro”, dice el hombre clave en su captura», cnnespanol.cnn.com, 9 de octubre de 2013.
3 Juan Jesús Aznarez, «La hija de Che Guevara acusa al francés Régis Debray de la captura de su padre», elpais.com, 30 de agosto de 1996.
Nella diffusione e/o ripubblicazione di questo articolo si prega di citare la fonte: www.utopiarossa.blogspot.com