Proyecto Cultural SUR
Festival Internacional Palabra en el mundo
Utopía Roja
Queridas Compañeras, queridos Compañeros,
les envío esta carta de marzo, pensando en el día de hoy y a la vez en todos los días del año.
T.A.
Hace mucho tiempo hacia el ayer escuché un himno canción. Era de un candidato a la presidencia, la canción decía: Mujer tu eres bandera, ignoro que podrá significar el ser bandera. Sé que estaba dicho con una carga chovinista y de desprecio por uno de los candidatos, precisamente el que yo apoyaba. El candidato que mencionaba esta canción ganó las elecciones con una votación apoteósica.
Ellos hablaban de revolución en libertad. Libertad es algo tan manoseado, con razón se dice que muchos crímenes se comenten en su nombre; revolución es un cambio radical, eso no pasó de ser un intento controlado por el imperio. Con estas precisiones quiero decir que no hubo revolución y de libertad ni que hablar. Los años pasaron, atrás quedó el gobierno y la canción. La mujer bandera fue simplemente un llamado a votar por el candidato. Las promesas se perdieron con el viento de la fría realidad.
A tantos años de aquellos hechos, lo más sabio que podemos decir es que ha pasado mucha agua bajo los puentes. Sigo sin entender eso de mujer bandera, sí constato que en tiempos de elecciones se sigue llamando a la mujer a votar, por los mismos que son responsables del descalabro. En el lugar bajo el sol de que hablo hoy, una mujer ejerce la primera autoridad, sin embrago esto no significa que para la mujer se hayan resuelto los dramas que acompañan la vida.
Los de abajo seguimos sufriendo las devastadoras consecuencias de un sistema social injusto. La bandera está hecha de género, el género se destiñe y con el tiempo termina en jirones. En eso quedan las promesas electorales. La sabiduría árabe nos dice que la primera vez que nos engañan la culpa es del engañador, la segunda vez es culpa del engañado.
En esto estamos, asumiendo en conciencia nuestro desengaño y aventurándonos al remedio, que no puede ser otro que hacer las cosas de distinta manera.
Entonces digo mujer para significar: vida, flor, aurora, esperanza, energía, poesía, conciencia, en suma la más resuelta y glamurosa esperanza.
Vida, es un acto constante de creación y amor, Whitman nos dice “que aquel que camina una sola legua sin amor, camina amortajado hacia su propio funeral”… La mujer hace camino repartiendo amor.
Flor, es una armonía de forma, color, tersura, aroma, color y ternura, ¿acaso no estoy definiendo a la mujer?
Aurora, ese instante entre la noche que se aleja y el día que llega con el sol, ese instante preciso que separa el descanso de los deberes, también fue el nombre de un buque de guerra donde se dio la señal para asaltar el cielo, poco importa que el experimento haya sufrido los avatares de las distorsiones que aportan los oscuros dirigentes. Se demostró que otro mundo es posible, esa certeza tiene nombre de mujer.
Esperanza, es la fe que se mantiene intacta, aún cuando todo tienda a demostrarte que ya nada se puede esperar. Esperanza es aquello que nos mantiene con vida, trabajando por algo distinto, a veces nos dura toda la vida y el cambio no se logra, pero si no la tuviésemos, no tendríamos vida, por más que a veces eso que llamamos vida sea lo más perecido a un infierno.
Energía, es lo que está, lo que no vemos pero existe y nos anima en todos nuestros empeños, el mayor aporte a la vida es la energía femenina, esa pasión de mirar acariciando, esa cualidad de acariciar el alma, esa audacia de dar sin pedir, ese milagro de llorar o reír cuando hay que hacerlo, también es lo que permite avanzar en pos de lo que es justo: a igual trabajo igual salario, respeto total por la integridad, seguridad, tiempo para disfrutar, no ser mirada como objeto, en suma la plenitud que ha de permitirnos el desarrollo de todo el potencial femenino.
Poesía, “No dejes de creer que las palabras y las poesías / sí pueden cambiar el mundo”. Así nos lo dijo el vate del norte, Walt Whitman, que era SUR, pero además la poesía es mujer en el centro del hacer humano y es gesto de ardorosa muchedumbre diciendo basta.
Conciencia, es iluminación del alma, es voz de audacia y rebeldía que nos dice por donde es mejor seguir, es una fuerza interior que nos permite acercarnos a lo mejor que podemos ser. Nos dice Whitman:
“No dejes que termine el día sin haber crecido un poco”…
“Creo que una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros…
(he dicho) que el objeto más frágil puede servir de eje a todo el universo”…
Desde mi conciencia de ser humano que no es nada sin la participación y presencia femenina, digo que este escrito no es un homenaje a la mujer, el mejor homenaje son ellas mismas haciendo ese tremendo aporte a la vida y sobretodo trabajando en conciencia para que la vida sea digna de ser vivida plenamente. Ahí están sus logros, es asunto de ver con ojos de cambio de cultura por una cultura de cambio. Mujer es SUR, es Palabra en el mundo, es Parques por la paz, es la Antología El árbol de la vida: en estas ideas en marcha hay hombres, pero la presencia femenina es el aporte fundamental.
Digo con el Vate universal y a la vez intimo, nuestro Whitman de cada día:
“Que se eleve tu alma tranquila y sosegada ante un millón de mundos”.
Y por pasión y regocijo levanto una copa y digo a toda madre: salud, por la mujer, siempre.
En un punto equidistante del planeta,
un siete de marzo del año 15 del tercer milenio
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