En los primeros días del mes [de octubre] fui invitado a una reunión de juventudes de diferentes provincias del departamento del Cusco. Se realizó en la capital de la provincia de Paruro.
El tema que me asignaron fue el de la lucha campesina.
Expuse la lucha campesina en La Convención de principios de la década del 60, que culminó con la primera reforma agraria del Perú realizada 10 años antes que la de Velasco Alvarado. Fue una lucha contra los latifundistas y contra los gobiernos y la policía que eran sus sirvientes. Ante la represión armada, por mandato de las organizaciones campesinas, nos vimos obligados a desarrollar la autodefensa. Nos costó muertos y presos, pero triunfó. Fue más completa que la de Velasco, la tierra quedó en manos del campesinado sin pagar ni un centavo a los latifundistas y sin dejarles ni un palmo de tierra.
Señalé que la lucha campesina actual es fundamentalmente por la defensa del agua contra la minería a cielo abierto que la envenena con cianuro, contra la agroindustria que roba agua de la agricultura familiar que nos alimenta, depreda el suelo y ataca la naturaleza y envenena a los agricultores con agroquímicos. En la selva el ataque es de las compañías madereras depredadoras del pulmón del mundo, la Amazonía y contra el envenenamiento de las aguas por los derrames de petróleo.
Igual que antes, los gobiernos, los tribunales y la policía son sirvientes de los opresores. Antes servían a los gamonales, ahora sirven a las empresas transnacionales, matan y encarcelan a los defensores del medio ambiente.
El día 22 estuve en el plantón frente al Palacio de Justicia que denunció a la justicia corrupta, servil de la empresa depredadora de Las Bambas, que mantiene en prisión a comuneros apurimeños que rechazan a la minera.
En el artículo de Raúl Zibechi que publicamos en el interior, él habla fundamentalmente de Brasil y los otros “gobiernos progresistas” que están siendo sustituidos por representantes directos de las grandes empresas transnacionales. Pero señala que el “choque de trenes” es global.
“Sin embargo, sería equivocado pensar que estamos volviendo al pasado, por más que algunos analistas crean que se están perdiendo “conquistas”. La realidad indica que la región camina hacia adelante pero, en lo inmediato, lo que tenemos enfrente no es la sociedad igualitaria y justa con la que soñamos, sino un inminente choque de trenes entre los de arriba y los de abajo, y luchas entre clases, razas, géneros y generaciones. Hacia ese desenlace va la humanidad, y ese es el futuro a mediano plazo que se avizora en la región.”
En efecto, vemos la gran rebelión indígena en Estados Unidos, como él señala hemos visto la gran marcha “Ni una menos” en el Perú, vemos a Máxima Acuña recibiendo un premio internacional y luego agredida brutalmente por la empresa Yanacocha.
También en EEUU numerosos deportistas no se paran cuando se canta el himno nacional en protesta contra el racismo oficial.
En Japón se realizan grandes manifestaciones contra la construcción de helipuertos por el gobierno norteamericano, en las manifestaciones participan Veteranos por la Paz de EEUU.
En Argentina cientos de miles de personas se movilizaron hacia Plaza de Mayo en rechazo a la política del gobierno de Mauricio Macri.
También en Argentina, en Andalgalá, hay nuevo triunfo contra la minería depredadora.
En ese mismo país, la Coordinadora de Estudiantes de Base de la escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano decide tomar la escuela y declara: “Frente a este gobierno, los pibes y las pibas nos plantamos, luchamos y nos movilizamos ¡Arriba las y los que luchan!”
En la Guajira colombiana, organizaciones sindicales, sociales, cívicas, populares y políticas impulsaron la ocupación por la población de las calles de Riohacha para manifestar su rechazo a las políticas económicas y sociales relacionadas a la “locomotora minero energética” del presidente Juan Manuel Santos.
Bajo el lema “Fuera Temer, ningún derecho menos”, hombres y mujeres marcharon en Brasil en el marco de la jornada conocida con el nombre “Grito dos Excluidos” que tiene lugar el 7 de septiembre, día en que se conmemora la independencia del país.
En Haway, colonia de Estados Unidos, talaron la selva para sembrar palma (africana) aceitera. Si no avanzaron más, es porque los pueblos indígenas lograron frenar la expansión.
En Cataluña, España, crece el movimiento independentista, los manifestantes queman banderas españolas, francesas y europeas y fotos del Rey.
En Chile la marcha “De la Memoria al Poder”, lejos de caprichos o competencias enfermizas respecto de la caminata tradicional, invierte su sentido porque, muy distante de cierta cultura martiriológica y victimista, reivindica la actualidad de la causa emancipadora de quienes cayeron antes y de quienes resisten ahora. ¿Y qué resisten? Resisten al capitalismo, al imperialismo, al patriarcado.
Una etnia guaraní logró conformar el primer gobierno autónomo de Bolivia de acuerdo a la Constitución, para regirse mediante costumbres ancestrales sin afectar las normas nacionales y regionales del país (…).
Lucha Indígena, Año 11, Nº 122.
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