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martedì 29 gennaio 2019

Guatemala: De vuelta a la “normalidad”


 por Marcelo Colussi

  Guatemala ha sido históricamente, y continúa siendo, eso que –desde el Norte y con una arrogante visión racista– se designó con el despectivo mote de “país bananero”, banana country. Es decir: una nación pobre, que produce básicamente lo que se ha dado en llamar “economía de postre”: café, azúcar, banano, con crónica inestabilidad política y ausencia de derechos cívicos. 
  La característica distintiva de un despectivamente llamado país bananero (básicamente los de la región centroamericana) es su pobreza, su atraso comparativo con los países desarrollados, su precaria o nula industrialización (son fundamentalmente agrarios). Por eso mismo, su población escasamente goza de los beneficios de la modernidad, y como trabajadores están desunidos, con muy poca organización sindical para defender sus derechos. A todo ello se suman, en el plano sociopolítico y cultural, determinadas características que, si bien pueden estar presentes en otras latitudes, allí alcanzan ribetes desproporcionados: la corrupción y la impunidad.  
  Estas dos características están en lo humano, no son patrimonio de nadie, pero en países así –y Guatemala es un claro ejemplo– son lo dominante, están incorporadas a la cotidianeidad como algo totalmente normalizado (no rige la meritocracia sino “el cuello”, el compadrazgo. El soborno es materia corriente). 
  En el 2015, curiosamente, comenzó a darse una explosión anticorrupción. De buenas a primeras la población pareció indignarse ante hechos que eran de suyo conocidos. Pero fue una indignación llamativa. A partir de misteriosas convocatorias en las redes sociales (después se supo que eran perfiles falsos), población capitalina –clasemediera en lo fundamental– comenzó a asistir a la plaza en algo que luego fue ritualizándose: llegar los sábados por la tarde a sonar vuvuzelas y a cantar el himno nacional. Terminado que fuera ese ritual, todos a su casa, sin consigna política transformadora más allá de una indignación ante los hechos de corrupción que se iban conociendo a partir del trabajo del Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala –CICIG–.  
  De esa cuenta, con esa “presión” popular, se vieron forzados a renunciar presidente y vicepresidenta. La sensación que pudo haber quedado es que la movilización popular los depuso. Ahora, fríamente analizados los hechos a la distancia, puede verse que se trató fundamentalmente de un bien pergeñado plan de psicología militar. Una vez más Guatemala fue utilizada por el gobierno de Estados Unidos como laboratorio de pruebas para un ensayo de manejo social: disparar la vena anticorrupción para lograr una protesta cívica (pacífica, sin la más mínima intención de modificar algo sustancial). En otros términos: una muy planificada operación gatopardista, cambiando algo superficial (supuesta “lucha contra la corrupción” botando al binomio presidencial y llevando a la cárcel a una mafia enquistada en el gobierno) para que no cambie nada. De ese modo, la corrupción pasó a ser la nueva plaga bíblica contra la que había que levantar la voz, encontrando ahí la causa de los males. Y ello sirvió, incesante bombardeo de fake newsmediante, para neutralizar y revertir (roll backen la jerga de esos manuales de operación mediática estadounidenses) los gobiernos progresistas –molestos para la geoestrategia de Washington– de Argentina y Brasil.  
  Así las cosas, en Guatemala la CICIG pasó a tener un papel relevante, al igual que la figura de la entonces Fiscal General, Thelma Aldana, a punto de convertirla en candidata presidencial para las próximas elecciones de junio del 2019. La falacia montada terminó haciendo girar la dinámica política del país en torno al organismo internacional como garantía de esa cruzada anticorrupción que se había lanzado. Por lo pronto, su accionar logró desarticular varias estructuras mafiosas enquistadas en el Estado, en contubernio con ex militares y algunos empresarios. Varias personas, por tanto, fueron a parar a la cárcel (nunca empresarios, curiosamente). 
  El espejismo montado pretendió hacer creer que combatiendo la corrupción se podrían terminar los grandes males nacionales. El otrora embajador de Estados Unidos, Todd Robinson, fue uno de los principales actores en la puesta en marcha de esa cruzada, lo que demuestra el especial interés de Washington en impulsar la iniciativa. En el fragor de esa lucha y habiendo desarticulado varias bandas delincuenciales, se llegó a decir que Guatemala “estaba dando un ejemplo al mundo” en orden a la transparencia. 
  Y ahí viene lo curioso y lo que debe abrirnos los ojos: el país, al igual que sus vecinos del área, se caracteriza por una histórica corrupción e impunidad. De hecho, su oligarquía –unas pocas familias de linaje pretendidamente aristocrático, herederas de la colonia española– forjaron sus fortunas en base a la más inmisericorde explotación de la población originaria, los pueblos mayas, con una impunidad total, manteniéndolos en una situación de semi-esclavitud. Hasta la revolución de 1944, los indígenas eran considerados prácticamente “animales de trabajo” –se vendían las fincas con todo lo clavado y plantado, “indios incluidos” (sic)–. 
  La violencia y la impunidad son los cimientos sobre los que se edificó el país, que nunca alcanzó una verdadera unidad nacional, por cuanto la mayoría indígena siempre se sintió ajena a la “guatemaltequidad” impuesta. El Estado, desde la misma creación de la república hace dos siglos, ha sido absolutamente corrupto, siempre de espalda a los pueblos, favoreciendo a los grupos oligárquicos vinculados a la agroexportación –y posteriormente a una tímida industrialización modernizante–. Y favoreciendo a las burocracias que se encargaron de su manejo. Por lo pronto, es un Estado raquítico, teniendo la segunda recaudación fiscal más baja del continente, después de Haití (10% del PBI, en tanto la media latinoamericana ronda el 20%, y en algunos países con el mayor índice de desarrollo humano supera el 50%). Estado que solo sirve para mantener el orden oligárquico, por tanto: una gran finca con población hambreada y muy poco instruida, que tiene siempre la migración irregular hacia Estados Unidos como una posibilidad para “salvarse”.  
  A partir de esa lucha impulsada por la CICIG, las mafias enquistadas históricamente en el Estado, aumentadas exponencialmente a partir de la guerra contrainsurgente de las décadas pasadas donde el ejército cobró un peso desproporcionado, se sintieron en peligro. El llamado “Pacto de corrupción e impunidad”, que une a empresarios (financistas de los partidos políticos corruptos), ex militares y clase política mafiosa, reaccionó airado ante esta afrenta. 
  Si bien la cruzada anticorrupción era una medida de Washington surgida en la presidencia anterior (Barack Obama, demócrata), concebida como una forma de modernizar a los “países bananeros” del llamado Triángulo Norte de Centroamérica, la nueva administración republicana de Donald Trump parece haber dado al traste con esa iniciativa. El favor guatemalteco de haber secundado a la Casa Blanca en su traslado de la embajada en Israel a Jerusalén, más el lobbyrealizado en el Senado (haciendo pasar a la CICIG como un emisario del “comunismo” injerencista), han cambiado el curso de los acontecimientos. La corrupción dejó de ser el “gran mal” nacional; de hecho, parece que ya no importa tanto. El actual embajador de Washington, Luis Arreaga, contrario a su antecesor, tiene un perfil bajísimo y “deja hacer” a las mafias. 
  La actualidad nos muestra a estos grupos (el Pacto de corruptos) enseñoreados, deshaciendo todo lo avanzado por la CICIG y el anterior Ministerio Público, incluso haciendo retroceder mínimas conquistas logradas en estos años de democracia y luego de la Firma de la Paz en 1996. Se boicotean todos los esfuerzos progresistas y medianamente democráticos (el Procurador de Derechos Humanos, la Corte de Constitucionalidad, los pocos jueces no corrompidos) y se avanza en la legislatura con leyes retrógradas (ley de amnistía para los genocidas del conflicto armado, ley contra el aborto, leyes mordaza para quien proteste). En otros términos: todo vuelve a la “normalidad” que caracterizó al país durante toda su historia. A tal punto que reaparecieron grupos clandestinos contrainsurgentes, que se cobraron la vida de más de 20 dirigentes comunitarios el año pasado, y que ahora vuelven a la carga. 
  Ante todo eso, debemos defender férreamente los mínimos avances logrados en estas décadas de proceso democrático. ¡Ello es imperativo!

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giovedì 24 gennaio 2019

PdS n° 5 a Roma (Museo Macro)

Al Punto della Situazione n. 5, siete invitati/e tutte e tutti.
I PdS precedenti si sono svolti a

SESTA GODANO nel 2014
LIVORNO nel 2015
PARIGI  nel 2016
COSIO D’ARROSCIA nel 2017

Ad ogni non-convegno ha fatto seguito la pubblicazione di un libercolo.
Così sarà anche dopo ROMA 2019.
Quindi arrivederci con qualcuno/a oppure, come speriamo, con molti/e di voi.
   r.m.



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martedì 22 gennaio 2019

ANCORA SUL TRAFFICO DI ESSERI UMANI

di Roberto Massari

Caro Roberto [Savio],
sono quasi totalmente d’accordo con la valutazione di La Grassa che mi hai inviato [si veda in fondo a questa lettera]. Anzi, mi ha dato la voglia di ripubblicare sul blog di Utopia rossa il mio articolo di fine luglio contro i trafficanti di esseri umani che a suo tempo fece un po’ di scalpore, ma non mi sembra aver influenzato più di tanto gli ipocriti commentatori umanistici di questa autentica vergogna dell’umanità: basti pensare che per le Nazioni Unite il traffico degli esseri umani è il crimine internazionale più grave (e forse anche il più diffuso) dopo quello del traffico di droga. 
Nell’articolo dicevo che la cosa più logica e utile sarebbe stata di uccidere gli scafisti onde impedir loro di proseguire il traffico in altri paesi (come è infatti accaduto con gli sbarchi in Spagna e con la tratta «privilegiata» dalla Grecia)  aspettandoli al varco in acque internazionali. Questa frase è stata eliminata dalla versione inglese del mio articolo, ma io continuo a pensare che una criminalità di questa natura può essere combattuta solo eliminandola fisicamente e calcolando che prima si fa e più vite umane si salvano. E ovviamente bisogna affondare i lager galleggianti di queste reti criminali dopo aver tratto in salvo gli occupanti, ma su mezzi della marina militare e non su navi di varia e dubbia provenienza: ciò allo scopo di non incrementare un «traffico di ritorno» come in parte accade anche se in misura per ora molto contenuta con la storia vergognosa dei «rimpatri».
Se qualcuno sa mostrarmi una strada più efficace e rapida dell'uccisione degli scafisti colti in mare per porre termine al loro traffico e accelerare il salvataggio di vite umane, sono pronto ad ascoltarlo. Ma finora ho sentito solo appelli umanitaristici volti a facilitare il compito «in mare» di questi efferati criminali.
L’articolo di La Grassa mi spingerebbe a dire che forse si dovrebbero affondare anche le navi delle presunte «Ong» che si prestano a questo traffico e che tanta importanza hanno avuto nell'alimentarlo con il pretesto di correre a «salvare». Non so che dire, anche perché ignoro da dove queste presunte Ong ricavino i soldi per comprare o affittare addirittura delle navi. Gestire delle navi (a un certo punto era diventata quasi una «flotta di linea») non è uno scherzo e non ci si arriva a farlo con donazioni o risparmi. Su questo aspetto del traffico, però, non ho tutti i dati a disposizione e quindi preferisco tacere. Purché queste navi abbondantemente pagate in rimborsi (al riguardo si hanno alcune cifre abbastanza elevate che però non vengono pubblicizzate) si levino di torno.
Ovviamente non cambio nemmeno la mia posizione di principio sul fatto che chiunque arrivi in Italia (non importa come) ha diritto a restarvi - con tutti i diritti e i doveri dei cittadini italiani - e non dev'essere assolutamente rimpatriato: questa è un'altra crudeltà, ma è anche un altro business che si aggira sui diecimila euro a rimpatrio. E continuo a insistere che gli «umanitari», se fossero veramente tali, oltre a esigere che si ponga termine agli imbarchi, dovrebbero esigere il transito in voli charter semigratuiti degli immigrati via aeroporto di Fiumicino (diretti a Roma o altre capitali europee). Invece da questo orecchio gli «umanitari» non sentono e quindi continuano a favorire  il pagamento agli scafisti di cifre impossibili per i «dannati della terra»: dagli originari 1000 euro le tariffe sono ormai salite intorno ai 3000 o più a seconda del tipo di tragitto. Soldi che vanno alla criminalità organizzata del Nordafrica, che gestisce il traffico, con le loro appendici in Italia e, come si comincia a vedere, dentro i partiti e le istituzioni.

venerdì 18 gennaio 2019

UN NUEVO FANTASMA ATORMENTA EUROPA
Por Roberto Savio

 A partir de la derrota de Teresa May en el parlamento ha quedado claro que un nuevo fantasma está atormentando Europa. Ya no se trata sólo del fantasma del comunismo que destapó el Manifiesto de Marx en 1848 sino del fantasma del fracaso de la globalización neoliberal, que ha regido sin oposición desde la caída del muro de Berlín hasta la crisis financiera de 2009.

 Los gobiernos gastaron en 2008 la asombrosa cifra de 62 billones de dólares para salvar el sistema financiero y casi la misma cantidad en 2009 (ver Britannica book of the year, 2017). Según el estudio publicado por el Banco de Reserva Federal, esto sucedió a un costo de 70.000 dólares por cada estadounidense.

Las instituciones económicas abandonaron con retraso la macroeconomía que estaban utilizando hasta entonces para evaluar el crecimiento del PNB y comenzaron a interesarse en la forma en que se redistribuía el crecimiento. Por ende, el FMI, el Banco Mundial (también debido a la insistencia de los estudios de la sociedad civil, sobre todo los elaborados por Oxfam), llegaron a la conclusión que se estaba gestando un enorme problema de desigualdad.

Por supuesto, si los 117 billones de dólares se hubieran distribuido a la gente, ese dinero habría provocado una notable expansión del consumo, aumentando las manufacturas, los servicios y los fondos para las escuelas, los hospitales, la investigación, etc. Pero los pueblos quedaron totalmente marginados de las prioridades del sistema.

Bajo el gobierno de Renzi en Italia, 20 mil millones de dólares fueron destinados a salvar cuatro bancos, mientras que los subsidios para la juventud italiana podían calcularse ese mismo año en mil millones de dólares en el mejor de los casos.

Por tanto, después de la crisis de 2008-2009 todo se desintegró. En todos los países de Europa (con excepción de Portugal y España, que ahora se ha puesto al día) surgieron partidos populistas de derecha y el sistema político tradicional comenzó a desmoronarse.
Los nuevos partidos resultaban atractivos para los perdedores de la globalización: los obreros cuyas fábricas habían sido trasladadas a donde los costos fueran más bajos para maximizar las utilidades; los pequeños tenderos desplazados por la llegada de los supermercados; los que quedaron redundantes ante las nuevas tecnologías, como la Internet, en el caso de las secretarias; los jubilados cuyas pensiones quedaron congeladas para reducir el déficit nacional (en los últimos 20 años la deuda pública se había duplicado a nivel mundial). Se había abierto una nueva brecha entre quienes disfrutaban de la globalización y los que fueron sus víctimas.

Es evidente que el sistema político estimó que debía rendir cuentas a los ganadores y los presupuestos se inclinaron a su favor.  Los centros de población tuvieron prioridad porque ahora vivían en ellos el 63% de los ciudadanos. Los perdedores se concentraban mayormente en el ámbito rural, donde se hicieron muy pocas inversiones de infraestructura. Por el contrario, con el pretexto de la eficiencia, se cortaron muchos servicios: líneas de ferrocarril suspendidas y hospitales, escuelas y bancos cerrados.

La gente se vio obligada a trasladarse con frecuencia varios kilómetros para ir al trabajo y a utilizar un auto para ello. Un aumento modesto de los precios del combustible provocó la rebelión de los chalecos amarillos. No ayudó que de los 40 mil millones que obtiene el gobierno francés de los impuestos a los recursos energéticos, menos de la cuarta parte regresó a favor de la infraestructura del transporte o de los servicios.
Las universidades, los hospitales y otros servicios en los centros de población sufrieron mucho menos, fueron focos de excelencia donde no faltó el transporte público, y una nueva brecha se abrió entre esas poblaciones y las del ámbito rural, entre los que habían cursado estudios y recibido instrucción y los que quedaban alejados y atomizados en el interior.

Surgió una nueva brecha y el pueblo votó en contra del sistema de los partidos tradicionales que los había ignorado. Este mecanismo fue el que elevó a Trump al poder y provocó la victoria del Brexit en el Reino Unido. Esta brecha está provocando la eliminación de los partidos tradicionales y auspiciando el regreso del nacionalismo, la xenofobia y el populismo. No está trayendo de vuelta a la derecha ideológica sino a las derechas e izquierdas viscerales, con escasa ideología 

Todo esto debiera ser obvio …

El sistema está dirigiendo su atención a los perdedores por primera vez, pero ya es demasiado tarde. La izquierda está pagando la drástica ilusión de Tony Blair, quien, considerando que la globalización es inevitable, decidió que sería posible dejarse llevar en la cresta de la ola. Entonces, la izquierda perdió contacto con las víctimas y mantuvo la lucha por los derechos humanos como su principal identidad que la distinguía de la derecha.

Eso fue bueno para las ciudades, donde los gays y los LGBT, las minorías (y las mayorías, como las mujeres) podían congregarse, pero distaba de ser una prioridad para los del interior.
Mientras tanto, las finanzas continuaron creciendo, convirtiéndose en sí mismas en un mundo que ya no estaba vinculado a la industria y los servicios, sino a la especulación financiera. La política pasó a ser subordinada. Los gobiernos rebajaron los impuestos a quienes escondieron la increíble cantidad de 62 billones de dólares en paraísos fiscales, según lo señala Tax Justice Network. Se estima un flujo anual de 600 mil millones de dólares, el doble del costo de los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas.

Además, los Papeles de Panamá, aunque sólo revelaron un pequeño número de propietarios de cuentas, identificaron al menos a 140 políticos importantes de 64 países: el primer ministro de Islandia (que se vio obligado a renunciar), Mauricio Macri de Argentina, el presidente Petro Poroshenko de Ucrania, un grupo de socios cercanos de Vladimir Putin, el padre de David Cameron, el primer ministro de Georgia, y así sucesivamente.
No es de extrañar que los políticos hayan perdido su brillo y que ahora se los considere corruptos, inútiles o ambas cosas.

En el actual orden económico, Emmanuel Macron actuó racionalmente rebajando el impuesto a los ricos para atraer inversiones. Pero ignoró por completo que para aquellos franceses que tienen dificultades para llegar al fin del mes, ésta era una prueba de que estaban siendo totalmente ignorados. Y los sociólogos coinciden en que la verdadera “primavera” de los chalecos amarillos fue su búsqueda de la dignidad.

Es irónico que los partidos británicos, especialmente el  Conservador y el Laborista, debieran estar agradecidos por el debate sobre el Brexit. Es obvio que el Reino Unido está cometiendo un suicidio, tanto en términos económicos como estratégicos. Con un Brexit ‘duro’, sin acuerdo alguno con la Unión Europea, podría perder al menos el siete por ciento de su PIB.

Empero, la brecha que permite la victoria del Brexit en todos los pueblos, las ciudades, los sectores económicos y financieros, los académicos, los intelectuales y todas las instituciones, ha confirmado el temor de los habitantes del interior. Pertenecer a la Unión Europea era rentable para las élites, pero no para ellos. Escocia votó en contra porque ahora tiene un programa distinto al de Inglaterra. Y esta brecha no va a cambiar con un nuevo referendo.

El hecho de que Westminsteer, la cuna de la democracia parlamentaria, no sea capaz de alcanzar un compromiso es una prueba fehaciente de que el debate no es político sino un choque de mitologías, como la idea de retornar al antiguo Imperio Británico. Es semejante a la idea de Donald Trump de reabrir minas de carbón. Contemplamos un pasado mítico como si fuera nuestro futuro. Esto es lo que propició la explosión de Vox en España, por parte de quienes creen que la vida en la época de Franco era más fácil y barata, que no había corrupción, que las mujeres se quedaban en su lugar y que España era un país unido, sin los separatistas de Cataluña y el País Vasco. Corresponde a lo que Jair Bolsonari está explotando en Brasil, presentando a la dictadura militar como una etapa en que la violencia era limitada. Nuestro futuro es el pasado …

En consecuencia, esta brecha –una vez que el Reino Unido resuelva de una manera u otra su dilema del Brexit– pasará a ser parte integral de la política normal y provocará, como en otras partes, un declive dramático de los dos principales partidos tradicionales. A menos que, mientras tanto, los partidos populistas, xenófobos y nacionalistas se hagan cargo del gobierno y demuestren que no tienen la respuesta a los problemas que han identificado tan acertadamente.


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giovedì 17 gennaio 2019

A New Spectre is Haunting Europe

by Roberto Savio
After Teresa May’s defeat in the British parliament it is clear that a new spectre is haunting Europe. It is no longer the spectre of communism, which opens Marx’s Manifesto of 1848; it is the spectre of the failure of neoliberal globalisation, which reigned uncontested following the fall of the Berlin Wall, until the financial crisis of 2009. 
In 2008, governments spent the astounding amount of 62 trillion dollars to save the financial system, and close to that amount in 2009 (see Britannica Book of the Year, 2017), According to a US Federal Reserve study, it cost each American 70,000 dollars.
Belatedly, economic institutions left macroeconomics, which were until then used to assess GNP growth and started to look at how growth was being redistributed. And the IMF and the World Bank, (also because of the prodding of civil society studies, foremost those of Oxfam), concluded that there was a huge problem in the rise of inequality. 
Of course, if the 117 trillion dollars had gone to people, that money would have led to a jump in spending, an increase in manufacturing, services, schools, hospitals, research, etc. But people were totally absent from the priorities of the system. 
Under the Matteo Renzi government in Italy, 20 billion dollars went to save four banks, while in the same year total subsidies for Italian youth could be calculated at best at 1 billion dollars.
Then after the crisis of 2008-9, all went haywire. In every country of Europe (except for Spain, which has now caught up), a populist right-wing party came to life, and the traditional political system started to crumble. 
The new parties appealed to the losers of globalisation: workers whose factories has been delocalised for the cheapest possible place to maximise gains; small shop owners displaced by the arrival of supermarkets; those made redundant by new technologies, by Internet like secretaries; retired people whose pensions were frozen to reduce the national deficit (in the last 20 years public debts have doubled worldwide). A new divide built up, between those who rode the wave of globalisation and those who were its victim.
Obviously, the political system felt that it was accountable to the winners, and budgets were stacked in their favour. Priority went to towns, where over 63% of citizens now live. The losers were more concentrated in the rural world, where few investments were made in infrastructure. On the contrary, in the name of efficiency, many services were cut, railway stations closed, along with hospitals, schools and banks. 
In order to reach work, people often had to go several kilometres from home by car. A modest increase in the cost of petrol fuelled the rebellion of the 'yellow jackets'. It did not help that out of the 40 billion that the French government obtains from taxes on energy, less than one-quarter went back into transportation infrastructure and services. 
Universities, hospital and other services in towns suffered much less, were points of excellence, public transportation was available, and a new divide arose between those in towns and those from the rural world, those with studies and education and those who were far away and atomised in the interior. 
A new divide had come about, and people voted out the traditional party system, which ignored them. This device brought Trump to power and led to the victory of Brexit in the United Kingdom. This divide is wiping the traditional parties, and bringing back nationalism, xenophobia and populism. It is not bringing back the ideological right wing, but a gut right and left with little ideology … 
All this should be obvious.
Now, for the first time, the system is turning its attention to the losers, but is too late. The left is paying the dramatic illusion of Tony Blair who, considering globalisation inevitable, decided that it would be possible to ride its wave. So, the left lost any contact with the victims, and kept the fight on human rights as its main identity and difference with the right. 
That was good for towns, where gays and LGBTs, minorities (and majorities like women), could congregate, but it was hardly a priority for those of the interior. 
Meanwhile, finance continued to grow, become a world by itself, no longer linked to industry and service, but to financial speculation. Politics became subservient. Governments lowered taxes on the who stashed the unbelievable amount of 62 trillion dollars in tax havens, according to the Tax Justice Network. The estimated yearly flow is 600 billion dollars, double the cost of the Millennium Goals of the United Nations. 
And the Panama Papers, which revealed just a small number of the owners of accounts, identified at least 140 important politicians among them from 64 countries: the prime minister of Iceland (who was obliged to resign), Mauricio Macri of Argentina, President Petro Poroshenko of Ukraine, a bunch of close associates of Vladimir Putin, David Cameron's father, the prime minister of Georgia, and so on. 
No wonder that politicians have lost their shine, and are now considered corrupt, or useless, or both. 
In the current economic order, Emmanuel Macron acted rationally by lowering the tax on the rich people to attract investments. But he totally ignored that for those French who have difficulty in reaching the end of the month, this was proof that they were being totally ignored. And sociologists agree that the real 'Spring' of the yellow jackets was their search for dignity.
Ironically, British parties, and especially the Conservative and Labour parties, should be thankful to the debate on Brexit. It is clear that the United Kingdom is committing suicide, in economic and strategic terms. With a 'hard' Brexit, without any agreement with the European Union, it could lose at least seven percent of its GDP. 
But the divide which makes Brexit win with all towns, the City, the economic and financial sector, academics, intellectuals and all institutions has confirmed the fear of those of the interior. Belonging to the European Union was profitable for the elites, and not for them. Scotland voted against, because it has now a different agenda from England. And this divide is not going to change with a new referendum. 
That the cradle of parliamentarian democracy, Westminster, is not able to reach a compromise is telling proof that the debate is not political but a clash of mythologies, like the idea of returning to the former British Empire. It is like Donald Trump's idea of reopening coal mines. We look at a mythical past as our future. This is what led to the explosion of Vox in Spain, by those who believe that under Franco life was easier and cheaper, that there was no corruption, woman stayed in their place, and Spain was a united country, without separatists in Catalonia and the Basque Country. It is what Jair Bolsonari in Brazil is exploiting, presenting the military dictatorship at a time when violence was limited. Our future is the past  ...
So this divide – once in one way or another the United Kingdom solves its Brexit dilemma – will pass into normal politics, and will bring about a dramatic decline, like elsewhere, of the two main traditional parties. Unless, meanwhile, populist, xenophobe and nationalist parties take over government and show that they do not have the answer to the problems they have rightly identified.  In that sense, the Italian experience could be of significant help … look how the government has performed with the European Union.

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lunedì 14 gennaio 2019

ROSA LUXEMBURG


Nel centesimo anniversario dell’assassinio
di Michele Nobile 


1. 
Rosa Luxemburg morì il 15 gennaio 1919, assassinata poco dopo Karl Liebknecht da elementi dell’esercito tedesco. Non furono gli unici a cadere in quel gennaio berlinese: la stessa sorte toccò, nei combattimenti e nelle esecuzioni sommarie, a molte decine di operai, dirigenti sindacali rivoluzionari e militanti socialisti che si erano lanciati in rivolta, reazione a una deliberata provocazione del governo che, si badi, era un governo socialdemocratico, un governo della sinistra. 
Con Rosa Luxemburg scompariva la mente più lucida della teoria e della pratica rivoluzionaria nell’Europa occidentale nei primi due decenni del XX secolo, l’unica a potersi confrontare ad armi pari con Lenin e Trotsky.
A una mente brillante che nel modo migliore argomentò la ragione della rivoluzione socialista corrispondeva una passione inesauribile nel mettere al centro dell’azione dell’avanguardia politica organizzata il movimento sociale dei lavoratori, la dinamica delle loro lotte, la maturazione di una coscienza di classe rivoluzionaria attraverso l’esperienza diretta e l’auto-organizzazione della classe. Lottò perché la politica socialista fosse realmente un tutt’uno con la lotta di classe, intesa come movimento di auto-emancipazione sociale. Sostenne con coerenza ineguagliata la democrazia socialista come fine e come mezzo della lotta politica. 
Le implicazioni storiche di quelle esecuzioni - e in particolare di Rosa Luxemburg - furono gravissime. Retrospettivamente portarono un colpo mortale alla direzione socialista e alla possibilità di realizzare la rivoluzione nel Paese più avanzato d’Europa. Quattordici anni dopo lo Stato capitalistico tedesco, la cui ricostruzione si ergeva sulla repressione di quel moto berlinese, si sarebbe denominato Terzo Reich. Malgrado la situazione politica in Germania rimanesse tesa ancora per alcuni anni, il colpo portato al movimento operaio tedesco, a sua volta, contribuì alla rapida involuzione autoritaria della rivoluzione russa. Se Rosa Luxemburg fosse sopravvissuta alla controrivoluzione, avrebbe mantenuto nei confronti del bolscevismo russo la linea che aveva definito nei vent’anni passati: di collaborazione nella lotta rivoluzionaria e, insieme, di dura critica delle inclinazioni a sostituire l’organizzazione di massa con la direzione del vertice del partito. E certamente, in lei la dittatura di Stalin avrebbe trovato immediatamente un’avversaria formidabile nel movimento operaio internazionale. 
Esistono circostanze in cui la presenza o l’assenza o la scomparsa di singole e individualità può influire, se non sulla direzione complessiva della storia, almeno sui suoi modi e sulla possibilità che torni ad emergere una possibilità temporaneamente neutralizzata. 
Ebbene, Rosa Luxemburg fu una di queste individualità. A distanza di un secolo dalla sua morte, chi pensa a un cambiamento rivoluzionario del mondo, chi aspira a un futuro dell’umanità avviato verso la liberazione dall’oppressione e dallo sfruttamento attraverso il socialismo e la massima espansione della democrazia, chi spera di salvare l’umanità dai poteri economici e statali che la dominano, deve poter andare oltre Rosa Luxemburg ma non può fare a meno, innanzitutto, di comprenderne e assimilarne le lezioni.  

mercoledì 9 gennaio 2019

Ágora`s Plenary report

bilingue: ENGLISH-ESPAÑOL
Chairman: Roberto Savio
Opening with the 13 documents of the working groups – Chairman: Roberto Savio
On Friday, December 14, thirteen reports from the working groups carried out in different parts of the world were presented to the Plenary of the Agora in Sezano, in preparation for the drafting of a “Charter of Humanity: Towards a Pact of Humanity”.
The reports were distributed to 200 participants and represent the contributions of hundreds of individuals from around the world on the road to forging a shared commitment on the theme of humanity and its centrality in the economy, finance and society.
The Presidency found it useful to identify a common thread, which would capture the essential elements of the reports, in order to draw up a final document.
The first report, “Which humanity” was presented by Alain Adriaens from Belgium and is the result of a consultation process in Brussels, with the participation of around thousand people, 101 of whom have sent written proposals and reflections.

domenica 6 gennaio 2019

LA CINA, GLI STATI UNITI, E GLI ALTRI (Terza parte)

 VERSO LA GUERRA FREDDA NEL MAR CINESE MERIDIONALE? 
di Michele Nobile

1. 2008-2011: cresce la tensione nel Mar cinese meridionale
2. 2012-2018: l’offensiva marittima della Rpc 
3. 2016: il giudizio del tribunale d’arbitrato internazionale, sfavorevole per la Rpc
4. La reazione cinese al giudizio d’arbitrato
5. Estate del 2018: la fragilità di una possibile terza fase delle relazioni fra la Cina e i Paesi dell’Asean 


1. 2008-2011: cresce la tensione nel Mar cinese meridionale
A partire dall’inizio della Grande recessione nel 2008 e dai primi mesi del 2009 la politica marittima della Rpc nella regione del Mar cinese meridionale è stata caratterizzata da un atteggiamento fortemente nazionalista, dall’intensificazione dei controlli e della repressione di attività che considera illegali nelle acque di cui rivendica la sovranità, da misure amministrative e dichiarazioni politiche considerate provocatorie dalla maggior parte dei governi della regione, da azioni coercitive e confronti fisici a rischio di degenerare in scontri armati con le Filippine e il Vietnam. Obiettivamente un insieme di fatti in contrasto con l’idea di costruire un «mondo armonioso» e con la proposta di una nuova «via della seta» marittima, che dovrebbe concretizzarsi in iniziative di «sviluppo congiunto»; insieme allo sviluppo delle capacità di interdizione d’area ciò ha generato l’idea che la Rpc punti a controllare stock e flussi del Mar cinese. La preoccupazione si è estesa a tutta l’area del Pacifico, dall’Indonesia fino all’India. I primi effetti politici si manifestarono nel 2009 e, poco dopo, nella «svolta» verso l’Asia e il Pacifico di Obama. 
Ricostruendo la successione degli eventi si possono distinguere due periodi: il primo coincide con gli ultimi anni della presidenza di Hu Jintao (Segretario generale del Pcc dal 2002 al 2012 e Presidente della Rpc dal 2003 al 2013), e del primo ministro Wen Jiabao; il secondo corrisponde ai primi anni della presidenza di Xi Jinping (Segretario generale del Pcc dal novembre 2012 e Presidente della Rpc dal marzo 2013; ma già vice Presidente dal 2008) e del primo ministro Li Keqiang. Volendo essere ottimisti è possibile che nell’estate del 2018 sia iniziato un terzo periodo di conciliazione tra Rpc e Asean, dagli esiti assai incerti. 

giovedì 3 gennaio 2019

Mi presentación ante los niños de Hormiguero0


por Hugo Blanco

Hormiguero0 es un grupo que dese hace 6
años trabaja en la formación de niños
dándoles una educación en libertad. Además
trabajó ejemplarmente en la recolección de firmas para la inscripción de Marichuy como candidata independientel, que fue un trabajo impulsado por el Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Ellos recolectaron muchísimas firmas.

Esos compañeros, para atender la educación organizaron el denominado Hormiguero0. Como hace mucho que iniciaron ese trabajo ahora algunos que fueron niños alumnos ahora son jóvenes que se han incorporado a atender el Hormiguero0.
En la reunión a la que fui invitado, desgraciadamente antes de mí habló un señor presentando dos libros sobre la masacre de Tlatelolco, hizo una larga exposición que cansó a los niños. Un niño me preguntó si mi papá me pegaba. Respondí que sí.
Hice una breve exposición mostrándoles con una pelota dónde está México y dónde el Perú. Les hablé de las tres regiones del Perú: Costa, sierra y selva.
Luego hablé de la historia para señalar el origen de la situación del campesinado peruano con el que luché.
Los niños que ya habían leído algunos de mis escritos, querían hacerme muchas preguntas, como si mi papá me pegaba, cómo era de niño, cómo era mi pueblo, qué es la Pachamama. Me preguntaron si tenía hambre.
También visitamos la milpa (chacra en peruano) que ellos y otros colectivos cultivan y el bosque amenazado por el crecimiento urbano.
Jugué ajedrez con joven que había sido alumno del hormiguero. Haber conocido este trabajo me dio optimismo por el futuro.En Tlaxcala
Estuve en reuniones de organizaciones populares en las que escuché informes interesantes acerca de sus luchas. En un lugar se quejaron de que los enfermos eran llevados en escaleras en lugar de camillas.
Los habitantes de una zona indígena se habían insurreccionado contra el presidente municipal.
La Nochebuena la pasé con los compañeros de una organización habitantes de un barrio muy organizado, en el que están vendedores ambulantes y habitantes que luchan por servicios de agua potable, recojo de la basura, etc.
Existen otras organizaciones como la CENUC y la UPADI de la cuales relataré.
Saludo al combativo compañero aymara Walter Aduviri quien ha sido elegido por su pueblo como gobernador de Puno
Hugo Blanco
 (Lucha Indígena 149, enero 2019)

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