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venerdì 17 aprile 2015

CONVERSATORIO CON DOUGLAS BRAVO, por Alicia Hernández

I. El ex guerrillero revela todos los elementos que se disputan el poder en el chavismo

A sus 83 años hace honor a su apellido. Pero no es que esté enfadado, es que Douglas Bravo sigue teniendo mecha para dar batalla. Desde los 12 años entró en política. Lo hizo desde el Partido Comunista de Venezuela, de donde fue expulsado. Luego dirigió el Partido de la Revolución Venezolana (PRV) y fue el máximo responsable de su brazo armado, las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional.
Luchó junto a hombres que, antes o después, hicieron historia. Luchó junto a Teodoro Petkoff, quien luego de luchar contra el sistema, fue ministro de la Oficina Central de Coordinación y Planificación con Rafael Caldera, en su segundo mandato (1996-1999) y candidato presidencial en dos ocasiones. También junto al hombre que asesinó al presidente Carlos Delgado Chalbaud, Domingo Urbina; y codo a codo con Alí Rodríguez Araque, quien ha tenido varios cargos en el gobierno de Hugo Chávez –ministerio de Petróleo, Relaciones Exteriores, Economía, presidente de PDVSA y embajador en Cuba.
Bravo participó en los intentos de golpe de Estado de 1992, el 4 de febrero y el 27 de noviembre, cuando “Tribilín” empezó a ser Chávez. No ha sido el único mito político –para bien, para mal– con quien Douglas Bravo ha compartido. Tuvo contactos con el Che Guevara, de quien tiene un cuadro en su casa de Parque Central. Único recuerdo visible de su etapa en las montañas de Venezuela. Ahora son montañas de papeles las que rodean a este batallador de ideas antiimperialistas y anticapitalistas. Ahora no son las armas, sino las palabras, “profundas, sin faltar el respeto, sin lenguaje soez”, las que usa para atacar al statu quo y buscar una tercera vía, o Tercer Camino, como se llama el movimiento que actualmente lidera.

P. -¿Quién tiene el poder en el Gobierno?

R. -Nunca se puede decir que el poder lo haya tenido uno desde el primer día, desde el 2 de febrero de 1999 hasta hoy. El poder ha ido cambiando de manos en este tiempo. El primer poder lo tuvo Luis Miquilena. Estaba rodeado de factores reales de poder: militares, económicos, sociales.

P. -¿Tenía más poder que Hugo Chávez?

R. -Chávez era el símbolo de esa alianza inicial. Pero el que tenía factores reales de poder era Miquilena. Luego se va y el poder pasa al partido Patria Para Todos. En ese tiempo empieza la influencia cubana. En esa época estaba Alí Rodríguez Araque, que siempre estuvo de parte de Cuba. Después vino la fuerza y peso de José Vicente Rangel y, más tarde, pasa a Diosdado Cabello.

P. -¿Diosdado Cabello tiene actualmente el poder?

R. -Tiene bastante poder, aunque con estas últimas peleas e intrigas internas ha bajado. Hay muchas intrigas y pugnas entre los alineados con la tendencia cubana y los amigos de Diosdado Cabello. El presidente de la Asamblea Nacional habla ahora mucho del comunismo y del socialismo, pero es ahora, después de que se muriera Chávez. Ni él ni José Vicente Rangel habían pisado Cuba, porque no les interesaba. Ahora Cabello se llena la boca. Por las pugnas.

P. -En estas peleas por el poder, ¿ha tenido algún papel la corrupción? ¿A más poder, más corrupto?

R. -Claro. Todo el Gobierno está compuesto por varios factores de poder. En primer lugar, el poder en el país lo tienen las petroleras: la energía fósil mueve al planeta y, por supuesto, a la economía y la corrupción venezolanas. Luego están los factores de poder del Estado. El nuestro es el único país en América Latina donde la vieja burguesía tradicional –que viene de la Independencia y antes se llamaba la aristocracia-, no ha tenido un papel decisivo. Desde Juan Vicente Gómez a nuestros días es el Estado quien recibe la renta petrolera. Por eso es el Estado el segundo poder en el país, porque, sin hacer nada, sin trabajar, recibe miles de millones de dólares. Pero ese poder, ese dinero, no es del Estado, sino que le pertenece a toda la nación. Hay que quitárselo al próximo grupo minoritario que lo maneje. Porque aquí, en este poder, que tienen unos pocos, reside la mayor corrupción del país. Y a esto se le une la venta de la soberanía del país a través del regalo de nuestro territorio y nuestro petróleo a los extranjeros, sin pedir apenas nada a cambio. Es gravísimo.

P. -Sobre la corrupción ha hablado usted, y después de usted otros, como quien fuera el ministro de Planificación de Chávez y luego con Nicolás Maduro hasta julio pasado, Jorge Giordani. ¿Habló tarde Giordani con sus cartas al salir del Gobierno?

R. -Habló tarde. Y es responsable del deterioro del país en materia económica. Cómo no lo va a ser el hombre que dirige nada más y nada menos que el ministerio donde se ventilan todos los planes de la nación. El hombre de la planificación, ¿va a ignorar toda esta corrupción? ¿Va a ignorar la entrega de soberanía que son las empresas mixtas en el campo del petróleo? Él ha tenido que dar su voto para aprobar esto, para que se aprueben tantos crímenes contra la soberanía. Seguro que él fue el conductor de más de uno de todos esos proyectos. Podría haber hablado hace mucho tiempo. Puede decir que le dijo a Chávez lo que estaba viendo, toda la corrupción, pero eso no significa nada. Lo dijo, pero siguió adelante. Siguió allí en esos 14 años destructivos para Venezuela. Chávez fue el líder de todo, pero del aparato destructivo del país Giordani es uno de los grandes responsables. Quiso hacer que todo pasara a manos del Estado, poner en práctica la teoría marxista leninista estalinista, que hasta para limpiar zapatos hay que ser parte del Estado. Empezó a estatizar, pero no se hizo con las empresas rusas que hay en el país, o las chinas, las estadounidenses… Quitó tierras a venezolanos, tierras que eran productivas, y las arruinó. Si vas ahora a la Barinas de Chávez vas a ver que las haciendas están arruinadas, destrozaron todo. Esa decisión no la impuso cualquier persona, sino alguien con la idea de estatización. Ese es Giordani y ahí están los resultados.

P. -¿Y por qué cree que habló tarde?

R. -Por rabieta. Y si lo hubiera dejado ahí, ocupando un cargo en el Gobierno, hasta su fin, él no habría hablado nada.

P. -Otro que, de salir del Gobierno, podría hablar, es Rafael Ramírez, quien fuera presidente de PDVSA…

R. -Cualquiera de ellos. El caso de Rafael Ramírez es curioso, porque lo sacan del Ministerio de Petróleo, pero ya antes habían destituido de PDVSA (del que era a la vez presidente) a un grupo de gente afín a él, empleados por él. Uno de ellos es Toby Valderrama, quien escribiera las columnas de ‘Un grano de maíz’. Cuando pasan a Ramírez al Ministerio de Relaciones Exteriores, no dura nada. Lo sacan fuera, a Estados Unidos, por la pelea interna. Creo que Diosdado Cabello juega ahí un papel muy importante. Sí, ha perdido poder, pero no olvidemos que es Diosdado Cabello, el hombre fuerte del poder.

P. -Si Diosdado Cabello ha perdido poder en la parte militar, ¿quién lo ha ganado?

R. -No te sabría decir. Pero hay sectores militares que subieron de rango y que no eran afines a Diosdado Cabello. Hay que ubicarlos. Hay militares que están surgiendo, que no son ni de derecha, ni de izquierda, sino patriotas, y son una fuerza importante.

P. -¿Qué poder tiene el presidente Nicolás Maduro?

R. -Se supone que un presidente es un conjunto de factores de poder. Algunos ejercen más fuerza y otros menos. Maduro no ejerce mucha fuerza. Eso se debe a cuestiones históricas. Hugo Chávez o Diosdado Cabello participaron en el intento de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, estuvieron presos… Eso no lo tiene Nicolás Maduro, no viene de esa escuela. Las tradiciones no están de su lado.

P. -¿Eso le quita legitimidad a Nicolás Maduro?

R. -El Gobierno tuvo legitimidad al comienzo, cuando se le sumaron los adecos con la fuerza de los sindicatos, los copeyanos e, incluso, una izquierda que le tiene simpatía porque piensan que esto va a cambiar, que el programa era antiimperialista, anticapitalista, contra la corrupción, ecologista… Chávez tumbó nuestro programa de Gobierno, el del PRV. Y luego lo traicionó. No cumplió nada.

P. -Pero, a día de hoy, ¿es legítimo?

R. -No. Todo quedó deslegitimado cuando violó todas las propuestas que tenía. Queda deslegitimado cuando quitó la doble tributación de las empresas y cuando aprobaron todos los tratados económicos y contratos previos a la Constituyente. Aprobaron todas las vagabunderías anteriores, toda la venta de nuestra soberanía. Todas esas violaciones deslegitiman al poder. Y hoy más. Además, el panorama que tenemos es desolador. Tenemos una crisis económica y financiera. En el tema económico, Corpoelec está en las ruinas, los dos últimos ministros la dejaron en el desastre. Las empresas de Guayana, dos de ellas están quebradas, PDVSA no puede producir más de 2 millones 700 mil barriles diarios porque tecnológicamente no está en capacidad. Con el chorro de dinero que hay y no han invertido en eso. Pero además, estamos perdiendo soberanía territorial. También hay crisis moral, ética y social. A los hombres se les corrompe cuando pierden su espiritualidad, su dignidad. Cuando se les quiebra la cosa sagrada que llevan por dentro, quedan casi muertos. En este país, en este Gobierno, hay gente que ha perdido todo por dentro. Esta crisis también está en los militares.

II. Douglas Bravo confiesa que no tiene contacto con su ahijado Diego Salazar

La corrupción es indivisible de la entrega de la soberanía del país a través de la creación de las empresas mixtas, repite una y otra vez Douglas Bravo. Si antes el país pertenecía a Estados Unidos, ahora se reparte el pastel con China y Rusia con la creación de la ley que permite a las empresas extranjeras tener hasta un 40% de las petroleras en el país y gestionadas en su 60% por PDVSA. “40 más 40 más 40 y así dan mucho más que una sola petrolera. Hemos regalado eso”, se queja Bravo. Como también critica que se eliminara la doble tributación en las empresas. Todo, comenta, ayuda a la corrupción.
Pero la más palpable es la que está saltando estos días a los diarios internacionales. El dinero venezolano, el que se podría haber invertido en obras públicas, hospitales, potenciar la industria, se desperdiga en Europa y Estados Unidos en nutridas cuentas bancarias, relojes, caballos, fiestas sin fin. Uno de los grandes beneficiados, Diego Salazar Carreño, hijo de Diego Antonio Salazar Luongo, fundador e ideólogo del Movimiento Quinta República (MVR), ahijado de Douglas Bravo. ¡Ah! Y primo de Rafael Ramírez Carreño, el hombre del petróleo en el país. Dieguito Salazar aprendió de su padre el negocio de la venta de pólizas de seguros, pero medró, y nadie duda que gracias a sus lazos familiares con Ramírez. Se aseguró un buen pellizco del pastel con la contratación de una millonaria póliza de seguros y reaseguros de PDVSA. Es uno de los señalados en el banco de Andorra. Lo último que se sabe es que, al parecer, en 2012 contrató como abogado al ex ministro francés Dominique de Villepin para que le ayudara a desbloquear la nada desdeñable suma de 200 millones de dólares.
Douglas Bravo, o alguien que firmó como él, publicó en 2011 un artículo en ABC de la semana donde criticaba a su ahijado, su comportamiento y su relación con el primo. Ahora se desdice. El no habla mal de nadie. Igual, su relación no contempla sino apenas alguna llamada telefónica con el ahijado boliburgués aficionado a la salsa y con aspiraciones a cantante.

P. -En 2011 salió un artículo suyo, que aún se puede ver en la web de ABC de la semana, en donde hablaba de su ahijado, Diego Salazar Carreño, uno de los involucrados en el caso Andorra. Hacía ahí una serie de señalamientos que con el tiempo se han confirmado…

R. -Esa persona que firmó ese artículo no soy yo. Han usado mucho mi nombre para muchas cosas. Y ese no soy yo. En ese artículo ponen ‘Douglas Bravo’ y debajo un nombre de Twitter, @DouglasArrecho. Ese no soy yo. He ido a protestar y no hay averiguación. Yo he criticado al Gobierno, he hecho análisis profundos, hemos sido inflexibles. Pero nunca he usado el lenguaje despreciativo, insultante, que usa este Gobierno. Hago análisis. De tal manera que ese @DouglasArrecho no soy yo. Y lo que hizo ese fulano fue, ante las denuncias que hicimos, copiarse muchas cosas mías.

P. -¿Quiénes copiaron cosas?

R. -Los que firman con ese nombre. Esos artículos no los hago yo. Es para atacarme.

P. -¿Por qué cree que usarían eso?

R. -El enemigo usa muchas formas y maneras. En primer lugar, creo que lo hacen porque hay una pelea interna entre ellos. Hay varias fuerzas dentro. Primero habló Giordani, luego Heinz Dieterich, el mexicano alemán. Antes había también una pelea no abierta entre José Vicente Rangel, Diosdado Cabello, Nicolás Maduro y un grupo más. Después aparecen hablando, con documentos, Felipe Pérez Martí, Víctor Álvarez, aparece Aporrea, Marea Socialista… Hay una profunda contradicción entre todos. Es una crisis en los factores de poder del Gobierno. Y nosotros nos enfrentamos al Gobierno de fondo. Por ejemplo, en su día dijimos que Chávez estaba apoyado por la embajada americana. Lo demostramos, sin insultar a nadie. Pero, yendo al inicio: @DouglasArrecho no soy yo, para que veas. Entrenaron a los de esa página para usar lenguaje mío. Se nota que lo hicieron. Al principio lo hicieron muy feo, muy déspota, atacando groseramente.

P. -¿Por qué dice que es un equipo y no una sola persona?

R. -No creo que sea un solo hombre. Tendría que estar todo el día oyéndome, no sólo mis conversaciones políticas, sino mis conversaciones personales.

P. -¿Cree que escuchan sus conversaciones personales?

R. -Para copiarme el modo de hablar. Conversaciones personales y mis escritos.

P. -Entonces sí habló mal de su ahijado…

R. -No.

P. -¿Y para qué publicarían ese artículo?

R. -No es de dudar que ahí hay gente del Gobierno, porque nunca han atacado al conjunto del Gobierno. No se meten con cuestiones de fondo, las demandas que nosotros hacemos donde no ofendemos a nadie. Pero, eso sí, llevamos al Gobierno al extremo de calificarlo como el que más ha vendido a Venezuela desde que Venezuela se independizó. Eso es más fuerte que cualquier insulto.

P. -¿Qué opinión le merece el tema de la corrupción en el banco de Andorra?

R. -Yo no te descarto que haya una corrupción masiva en el Gobierno.

P. -¿Y concretamente en el caso de su ahijado, Diego Salazar? ¿Y su primo, Rafael Ramírez?

R. -Yo no acostumbro a hacer señalamientos personales. Más sí señalo, por ejemplo, que todo el que estaba en PDVSA con jefatura es responsable de la entrega de la soberanía en las empresas mixtas. La corrupción en Venezuela viene desde el periodo de Antonio Guzmán Blanco (fue presidente de Venezuela en tres ocasiones entre 1877 y 1888). De ahí en adelante ha seguido. Ahora esa corrupción, con una renta petrolera grande, es mayor. Marcos Pérez Jiménez (dictador en Venezuela de 1953 a 1958) usó la renta petrolera de modo muy personal, tanto él como su equipo, pero al menos dejó obras. Incluso creó empresas nacionalistas, como el tema del hierro, todo lo de Guayana, las siderúrgicas… Había corrupción, pero se producía. En esa época el barril estaba a 2,50 dólares. Ahora ha rondado los 100 dólares. Y con ese inmenso capital no se ha hecho nada. Ha habido un proceso de corrupción enorme.

P. -¿Tiene contacto con su ahijado?

R. -No. Mi contacto era con su papá (Diego Antonio Salazar Luongo) y lo fue hasta que se murió. Yo a él, a mi ahijado, más nunca lo vi. Tuve un contacto con él, una comunicación telefónica en la que me dijo que ellos sabían que ése (el del artículo que lo criticaba) no era yo, porque ellos sí sabían que yo atacaba duro al Gobierno, con estilo… Soy más duro que esas ridiculeces.

III. “A este Gobierno le queda poco. Hay que hacer una huelga general”

Décadas atrás, Douglas Bravo se movía en las tierras del interior del país, junto a su grupo armado, “con muchos oficiales y sacerdotes que se unieron a las filas” para tumbar al gobierno. En los noventa, el 4F y el 27N, su intento estuvo más cerca que nunca, también por las armas y ésta vez desde el sector meramente militar. Ahora cree que se necesita algo como lo que sacó al dictador Pérez Jiménez del poder, una unión cívico-militar-religiosa que vaya hacia un cambio de tornas, una Asamblea Constituyente, un cambio en el paradigma político. Una tercera vía que no estaría marcada, a entender de Bravo, ni por el actual gobierno bolivariano ni por la Mesa de la Unidad, “ambos con rabos de paja”.

P. -¿Cómo cree que se puede acabar con la corrupción en el Gobierno actual?

R. -A este Gobierno le queda poco tiempo. Y esta corrupción se acabará en el próximo Gobierno que viene. Que, por cierto, no será un gobierno de la Mesa de la Unidad Democrática (oposición). Ellos también tienen su rabo de paja de cuando mandaba Acción Democrática y Copei. Será un Gobierno donde habrá gente joven, una tercera fuerza que no es el gobierno bolivariano ni el gobierno del pacto de Punto Fijo.

P. -¿Quién puede encabezar ese Gobierno?

R. -Gente común, como tú, como cualquiera.

P. -¿Pero quién ve que pueda encabezar ese gobierno?

R. -No se sabe. ¿La gente conocía a Chávez antes del 4 de febrero? No. No lo conocía nadie.

P. -¿No ve a nadie en el panorama actual?

R. -Es que no se trata de un hombre. Se trata de un equipo. Porque el equipo te va a llevar una doctrina. Este Gobierno no ha llevado al país a la independencia, como dicen, no nos ha emancipado. Antes éramos 100% dependientes de EE.UU. Ahora somos 50% dependientes de Estados Unidos y el otro 50% pertenece a China y a Rusia. Hay que hacer un esfuerzo para que no sigan gobernando los de ahora. Que vengan los jóvenes a gobernar. Que tengan capacidad de poder, de fuerza y planteen los daños que se le han hecho al país. Hay que recomponer un equipo, con una plataforma bien elaborada donde aparezcan las cuestiones fundamentales. Yo confío en que estamos cerca de ese final. En Francia para hacer una Constituyente primero hubo que derribar al Rey, instaurar un nuevo poder. Aquí se hizo, pero de un modo algo más parcial, con la Independencia. Aquí hace falta un 19 de abril y un 5 de julio. Hay que desplazar al poder.

P. -¿Con militares?

R. -Claro. Lo digo y lo sigo sosteniendo. Debe ser un movimiento cívico, militar y religioso.

P. -¿Sería un golpe de Estado?

R. -No. Serían hechos constituyentes originarios que promuevan un hecho constituyente fundamental originario. Es mejor comenzar de nuevo en todo, que se administre la renta colectivamente, que se gobierne con unos principios fundamentales, sin una entrega de nuestra soberanía, con independencia de poderes. Es como el caso del Banco Central de Venezuela. Tuvo un periodo su autonomía, pero ahora lo maneja el Ejecutivo. Por eso hoy no tiene más de 22 mil millones de dólares, de los cuales, sólo 3 mil son operativos. El resto, no.

P. -¿Y eso cómo se haría?

R. -Por ejemplo a partir de una huelga de universidades. Deberían levantarse, porque las tienen marginadas. Les han quitado el presupuesto, su base científica, porque ni dinero tienen para los laboratorios, para trabajar. Han perdido su verdadero peso. Pero también se pondrían en huelga los obreros, que tienen con qué. Este Gobierno dice que es obrero, pero es el más antiobrero que ha habido. No hace sino atacar los derechos de los trabajadores. Han hecho leyes perversas para los obreros, pero también para los indígenas. En el caso de los pemones, se han levantado contra el Gobierno ya. A los militares también les está pasando factura.

P. -Decía que ese movimiento también sería de los civiles y los religiosos. ¿Levantados en armas?

R. -Las doctrinas militares tienen que cambiar sustancialmente. Una guerrilla rural en Venezuela ya no es viable por la tecnología militar que hay actualmente. Puedes estar en mitad de las montañas y hay aparatos que te rastrean a nivel de la sangre incluso. Hasta un avión sin piloto te puede bombardear. Pero hay huelgas y nosotros estamos proponiendo para ahorita esto.

P. -¿Nada a través de las urnas?

R. -No somos enemigos de las elecciones, sino de este tipo de elecciones. La vía que vendrá, el tercer camino, tendrá autonomía de poderes, respetará la soberanía, tratará de recatar los millones que se han llevado los corruptos y las grandes empresas mundiales, así como restablecer contratos favorables a Venezuela en materia de petróleo. En esa se va a convocar a una Asamblea Constituyente. Yo a eso voy. Pero esa opción no la va a producir estas elecciones que vienen (para la Asamblea Nacional, previstas en 2015, aunque sin fecha), sino un hecho bonito, pacífico y democrático que es la huelga general. Cuando cayó Pérez Jiménez se derribó el Gobierno así y no hubo muertos. Hubo antes, sí. Ahí participaron militares, civiles y religiosos.

P. -¿Dónde quedarán todos los que favorecían al Gobierno?

R. -Quien haya violado los Derechos Humanos no puede estar por ahí feliz.

P. -¿Ha violado los Derechos Humanos en este Gobierno?

R. -Sí, claro. Los han violado, han torturado y matado a gente… Hay una guerra que no se ve porque no aparece entre las guerras clásicas, pero aparece en todos los días en la prensa. Es lo que llaman “muerte por enfrentamiento”. Cuando lees que murieron varios muchachos en los barrios tras un enfrentamiento. Pero no es así. Eso son los cuerpos de seguridad del Estado que llegan y matan a muchachos pobres. Y dicen que son muertos por enfrentamiento. Eso no es nuevo, también pasaba con AD y Copei. Hay que corregir eso.


KonZapata.com, 6 de abril de 2015.

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